Respuestas
Respuesta:
Antes de dejarnos a comienzos del año 2002, Ruggiero Romano el notable
americanista italiano, pudo concluir la redacción de Mecanismo y elementos del
sistema económico, publicado dos años más tarde por el consorcio Colegio de
México/Fondo de Cultura Económica. Se trata, para decirlo rápidamente, de un libro
fundamental porque presenta de manera clara y contundente lo esencial de las
propuestas que formulara desde 1961 sobre la naturaleza del sistema colonial, a la vez
que elabora una agenda detallada de lo que aún queda por hacer para profundizar y
ampliar la frontera de este conocimiento sobre la Hispanoamérica colonial.
En el gran desarrollo alcanzado por la historiografía económica sobre la
América Latina desde la década de los 70 del siglo pasado, existen dos proposiciones opuestas sobre la naturaleza del sistema colonial. La primera enfatiza el papel
fundamental del mercado y de los circuitos mercantiles como nexos de articulación
del sistema colonial, y cuya formulación más explícita puede encontrarse en los
trabajos de Carlos Sempat Assadourian, profesor del Colegio de México. La
segunda, por el contrario, subraya el papel central de la economía natural,
dominante pero no separada de la economía monetaria, como fundamento de la
racionalidad económica del sistema colonial, y cuyo autor más reconocido es
precisamente Ruggiero Romano, profesor durante décadas de la VI sección de la
Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París.
“La actividad económica –productiva o comercial, agrícola, minera o industrial– (escribe Romano) supone la presencia de determinados instrumentos:
moneda, letras de cambio, crédito, seguros, bancos. Con la ayuda de dichas
herramientas los comerciantes y productores pueden llevar a cabo sus actividades
de manera más fácil y expedita. Pero éstas constituyen además una señal, pues su
mayor o menor incidencia refleja las características de la realidad del espacio
económico estudiado. Por otra parte, la funcionalidad de los instrumentos puede
medirse por la actividad que estos impulsan a través de tales señales como por
ejemplo los precios, las entradas fiscales o los diezmos”(p. 343) Todo el libro que
aquí se comenta, y cuya organización está bien reflejada en el párrafo citado,
(de)muestra que esos instrumentos tuvieron nula o escasa incidencia, como lo
revelan las series de precios, entradas fiscales y diezmos, de modo tal que la
explicación del funcionamiento de la economía colonial requiere coordenadas
distintas a las de la economía monetaria.
Explicación:
Respuesta:
Antes de dejarnos a comienzos del año 2002, Ruggiero Romano el notable
americanista italiano, pudo concluir la redacción de Mecanismo y elementos del
sistema económico, publicado dos años más tarde por el consorcio Colegio de
México/Fondo de Cultura Económica. Se trata, para decirlo rápidamente, de un libro
fundamental porque presenta de manera clara y contundente lo esencial de las
propuestas que formulara desde 1961 sobre la naturaleza del sistema colonial, a la vez
que elabora una agenda detallada de lo que aún queda por hacer para profundizar y
ampliar la frontera de este conocimiento sobre la Hispanoamérica colonial.
En el gran desarrollo alcanzado por la historiografía económica sobre la
América Latina desde la década de los 70 del siglo pasado, existen dos proposiciones opuestas sobre la naturaleza del sistema colonial. La primera enfatiza el papel
fundamental del mercado y de los circuitos mercantiles como nexos de articulación
del sistema colonial, y cuya formulación más explícita puede encontrarse en los
trabajos de Carlos Sempat Assadourian, profesor del Colegio de México. La
segunda, por el contrario, subraya el papel central de la economía natural,
dominante pero no separada de la economía monetaria, como fundamento de la
racionalidad económica del sistema colonial, y cuyo autor más reconocido es
precisamente Ruggiero Romano, profesor durante décadas de la VI sección de la
Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París.
“La actividad económica –productiva o comercial, agrícola, minera o industrial– (escribe Romano) supone la presencia de determinados instrumentos:
moneda, letras de cambio, crédito, seguros, bancos. Con la ayuda de dichas
herramientas los comerciantes y productores pueden llevar a cabo sus actividades
de manera más fácil y expedita. Pero éstas constituyen además una señal, pues su
mayor o menor incidencia refleja las características de la realidad del espacio
económico estudiado. Por otra parte, la funcionalidad de los instrumentos puede
medirse por la actividad que estos impulsan a través de tales señales como por
ejemplo los precios, las entradas fiscales o los diezmos”(p. 343) Todo el libro que
aquí se comenta, y cuya organización está bien reflejada en el párrafo citado,
(de)muestra que esos instrumentos tuvieron nula o escasa incidencia, como lo
revelan las series de precios, entradas fiscales y diezmos, de modo tal que la
explicación del funcionamiento de la economía colonial requiere coordenadas
distintas a las de la economía monetaria.
Explicación: