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Respuesta:
La retroalimentación puede situarse en la segunda vía, siempre que sea, naturalmente, constructiva y estimulante. Dos formas habituales de práctica docente que laminan el deseo discente de implicación son: dejar los ejercicios o tareas sin evaluar, evaluarlos de manera confusa o no argumentada, convertir la evaluación en descalificación o penalización de los errores. Por el contrario, si los estudiantes reciben por parte del docente una devolución permanente, estimulante y útil, suelen encontrar en ello razones suficientes para continuar trabajando.
Con frecuencia, la motivación crece más por la respuesta y la atención que el tutor u orientador pueda prestar a sus aprendices, que por lo atractivo que resulten los contenidos o las actividades. A veces se escucha a algunos profesores quejarse asombrados del escaso interés mostrado por los alumnos ante cuestiones que, en principio, parecieran estar estrechamente vinculados a sus intereses o circunstancias vitales. Y, por otra parte, unidades didácticas que parecen ser especialmente teóricas o aburridas, terminan resultando, en manos de algunos docentes, materias que suscitan especial interés e implicación. No es ajeno a ello la retroalimentación positiva: con independencia de su contenido específico, los objetos de aprendizaje se convierten para los aprendices en desafíos y fuente de reconocimiento de las capacidades propias. La importancia que tiene la retroalimentación positiva para los aprendizajes parece estar más en los efectos emocionales que en sus fines correctivos.
Un continuado feed back sobre la actividad de los alumnos puede incrementar considerablemente el trabajo del docente, sobre todo si la ratio de las clases es elevada. Este indiscutible extremo puede resolverse en parte con la utilización combinada de entornos digitales de aprendizaje; y, principalmente, si se modifican los formatos didácticos y los procesos de evaluación. De todas formas, se ha de reconocer que una actitud de compromiso individualizado con el trabajo de los alumnos siempre será más costosa desde el punto de vista laboral que, por ejemplo, un modelo de práctica docente sostenido en clases magistrales, dictado de apuntes y evaluaciones mediante exámenes, de ser posible trimestrales. Este último modelo, por cierto muy frecuente en nuestras clases de filosofía en bachillerato, sólo puede generar una cierta motivación extrínseca, y no en todos los alumnos, sino sólo en aquellos “más responsables”, esto es, más vulnerables a las estrategias coercitivas del entorno educativo o familiar. El incremento relativo de la carga de trabajo que puede generar la retroalimentación positiva y permanente se puede decir que es el precio a pagar por generar en los alumnos motivaciones intrínsecas y procesos de aprendizaje más efectivos; y en los docentes, la satisfacción de estar enriqueciendo un aspecto –entre muchos otros– de nuestra práctica profesional.
Explicación:
coronita plisss
RESPUESTA:
es un proceso mediante el cuál dos sistemas que están interactuando modifica su comportamiento de acuerdo a las respuestas que uno recibe del otro
EXPLICACIÓN:
DE NADA :)