Respuestas
El bullying puede ser practicado por un individuo o por un grupo en el que algunos integrantes tienen la iniciativa y otros lo siguen y festejan. Se trata de bullies activos y pasivos.
Durante su desarrollo, la mayoría de los chicos alguna vez discute, molesta o hiere a otros. Sin embargo, esto no sucede de manera reiterada, pues son capaces de sentir empatía, culpa, remordimiento, compasión, de recapacitar y seguir adelante después de un incidente. El bully no. Por el contrario, experimenta un placer perverso al utilizar su poder o fuerza para atormentar a su víctima, de manera persistente, incluso sin motivo.
Por su parte, los bullies pasivos se ven influenciados si el líder es alguien a quien admiran. Suelen ser chicos inseguros que se reafirman a sí mismos al unirse a un grupo bully. El “cómplice” apoya al “matón”. Imita su comportamiento para obtener aprobación.
Diagnóstico Erróneo:
Diagnosticar de modo erróneo el acoso escolar como una falta de habilidad social o de carácter por parte del acosado no ayuda a la solución del problema. La realidad es que aunque el bully aparente ser un individuo seguro que sabe relacionarse, es todo lo contrario: carece de la empatía necesaria para comprender lo que sienten los demás. La tortura suele ser específica, calculada y continua.
El bully utiliza el abuso verbal, físico o psicológico para lograr su objetivo, consciente o no. Envidia, venganza, miedo, enojo, rechazo a lo diferente, deseo de pertenecer o encajar en un grupo, imitar a papá, a mamá o al líder, proyectar en otros su enojo, frustración, inseguridad, problemas familiares o el vivir en un ambiente violento, son algunas posibles motivaciones para el bully.