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1. Pon orden a tu vida:lo recomendable es confeccionar un horario a partir del tiempo que dedicas a actividades fijas como trabajo, comidas, dormir o clases. Debes procurar aprovechar todas las horas que te queden libres, aunque sean breves espacios de tiempo.
2. Por lo menos una hora:dedica como mínimo una hora de estudio por cada hora de clase, aunque esto dependerá de las dificultades que la materia que estés cursando. Si aplicas esta técnica, invertirás al menos dos o tres horas de estudio al día. Intenta concentrarte el mayor tiempo posible dentro de este periodo.
3. Repasa el mismo día:procura estudiar a diario las materias que te explicaron en clase. Es óptimo repasar los contenidos lo más cerca posible de la explicación para fijarlos más rápidamente.
4. Crea un hábito:estudia siempre a las mismas horas y en el mismo lugar. Esto favorecerá el nivel de concentración y el rendimiento, pues irá creando en ti un hábito y una necesidad inconsciente de estudiar.
5. Descansa:estudiar agota, por eso te recomendamos liberar tu mente del estrés cuando termines la jornada o hagas una pausa entre materia y materia. Lo aconsejable es cambiar de actividad intelectual o hacer un cambio mental total. Relaja los músculos y pon el cuerpo en movimiento.