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Después de la Guerra con el Brasil, que llevó a la independencia de la Provincia Oriental, la situación política de las provincias argentinas estuvo marcada por la desaparición del gobierno nacional del presidente Rivadavia. Esto llevó a que las provincias se declararan autónomas y delegaran en el gobernador de Buenos Aires, Manuel Dorrego, el manejo de las relaciones exteriores argentinas. Varias tentativas de reunir un Congreso que organizara políticamente un estado nacional de bases federales no se concretaron, y en este contexto el Partido Unitario intentó retomar el poder. Aprovechó el descontento de los jefes militares del Ejército Nacional con el tratado de paz firmado por Dorrego, para promover una sublevación político-militar. En diciembre de 1828 el general Juan Lavalle derrocó y fusiló a Dorrego, haciéndose con el gobierno de Buenos Aires; poco después el general cordobés José María Paz marchó con otra división de las tropas nacionales y se apoderó de Córdoba tras derrotar al gobernador Juan Bautista Bustos en la Batalla de San Roque.
La guerra así comenzada continuó con varias alternativas durante 1829, pero mientras que los caudillos federales de lasprovincias litorales derrotaban a Lavalle, Paz consolidaba su dominio de Córdoba tras derrotar dos invasiones del caudillo riojano Juan Facundo Quiroga.
El general Paz, al saber que la revolución había fracasado en Buenos Aires y el Litoral, proclamó que su intención era mantenerse en su provincia natal sin agredir a las demás provincias, pero luego consideró la necesidad de ocupar las provincias limítrofes para asegurar su propio dominio de Córdoba. Los gobernadores de Salta y Tucumán fueran los primeros en adherirse a la liga unitaria y luego colaboraron en la ocupación de las provincias gobernadas o influenciadas por caudillos federales. De este modo diversas columnas militares ocuparon con poca o ninguna resistencia las provincias de San Juan, La Rioja, Mendoza y Santiago del Estero, mientras que en las provincias de Catamarca y San Luis también asumieron gobiernos afectos a Paz. Así la situación político-militar dividió claramente al país en dos zonas: el Litoral y el Interior.