• Asignatura: Castellano
  • Autor: ittssaramontes
  • hace 5 años

una descripción de algo mínimo 50 lineas​

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Respuesta dada por: evelyn8510
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Explicación:

La descripción objetiva, o descripción de la esencia, tiene la intención de reflejar las cosas como son en realidad, sin manifestaciones del autor respecto de sus sentimientos o emociones sobre lo que describe. Por ejemplo: El sillón tiene dos metros de largo.

La descripción es el área del lenguaje que busca expresar, por medio de la palabra, las características que un observador ve de algo. Tanto en la literatura como en los relatos periodísticos o en los textos científicos se utilizan todo tipo de descripciones.

La descripción subjetiva, por el contrario, hace referencia al modo en el que el emisor percibe algo. La descripción objetiva y la subjetiva no son excluyentes: una descripción de lo que es, necesariamente es emitida por una persona que tiene su propio foco.

Ejemplos de descripción estática

En el centro del jardín yace un aljibe, cubierto de enredaderas que parecerían habérselo tragado. En el fondo está la pequeña huerta que mis abuelos cuidaron durante años y de la provenían aquellos tomates deliciosos que acompañaban cada comida que mi abuela preparaba. Al costado, casi intacta, está la hamaca con la que jugábamos cuando éramos pequeños.

Es rechoncho, con aspecto bonachón. Siempre viste traje y corbata, que acompaña con unos zapatos viejos y rotosos que desentonan. Cuando hace frío, agrega una boina y bufanda a cuadrillé en composé con su atuendo. La punta de su nariz es una pequeña bolita color rojo. Sus dientes, pequeños y separados, como si fueran de leche, le dan un toque aniñado.

Es inevitable salir de allí con esa sensación de no haber leído nada. Es que el salón está repleto de libros. Las estanterías llegan hasta los techos. Están tan altas que resulta imposible leer el lomo de cada ejemplar que yace en los últimos estantes y, sin las escaleras que hay allí, se tornan inalcanzables. El olor a libro viejo impregna cada centímetro de la sala, en la que también se despliegan mapas de lugares recónditos y varios globos terráqueos de distintos tamaños y colores desteñidos. Una de las paredes está reservada para un ventanal que da al patio. Delante de él, se ubica un viejo sillón de cuero, color café, acompañado por una antigua lámpara de pie que invita a leer.

Solo conservo ese viejo reloj de pie porque perteneció a mi bisabuelo. Apenas quedan rastros de los números que indican la hora; su madera, que supo estar barnizada, se encuentra toda descascarada y resquebrajada. Hay que darle cuerda todo el tiempo y cada media hora no hace más que chillar.

Si tuviera que elegir un lugar para vivir, sería ese. La cabaña es pequeña y muy modesta. Pero está rodeada de montañas cubiertas de nieve y, justo enfrente, se encuentra el lago. Es helado, pero hermoso, cristalino. En él se reflejan los picos nevados. A la mañana, se oyen los pájaros y cuando sopla el viento es como si alguien silbara alto, como si no quisiera pasar desapercibido.

Ejemplos de descripción dinámica

Son las dos de la tarde y lo único que se ve en este pueblo es un yuyo gigante que rola por las calles desiertas; salvo por el viejo José, que se mece en su antigua silla de madera desde el pórtico de su casa, que se cae a pedazos. El sol resquebraja la tierra. Es la hora sin sombra y no hay mejor plan que dormir la siesta, hasta que llega el lechero; que visita casa por casa, interrumpe el sueño de cada vecino, para cumplir con su misión: dejarle las botellas encargadas.

La música se escabulle por la puerta y un dejo de blues se escucha antes de entrar al lugar. De a poco, las luces del pequeño bar reducen su intensidad para darle protagonismo a los músicos, ya ubicados en el escenario. De vez en cuando, los mozos interrumpen a los oyentes, que permanecen absortos, para entregarles sus pedidos, que se reducen a cervezas y algún que otro sándwich.

Sale el sol y las nubes, automáticamente, se corren para darle lugar a lo que parece ser un show sinigual. La gente, desde sus reposeras, o recostada en alguna manta improvisada, disfruta en silencio de ese instante en el que todo se hace luz. El consuelo de todos, una vez terminado el show, es que mañana, una vez más, podrán volver asistir al acontecimiento.

Parecía que alguien había estado allí, y que había puesto todo patas para arriba. Es que el viento fue tan fuerte que abrió las hojas del ventanal. Las cortinas, color púrpura, comenzaron a inflarse y a ondear arrojando todo lo que tocaban. Volaros papeles, floreros y copas llenas de vino que se interpusieron en su camino. En un segundo, la habitación cobró vida propia.

Llegó nervioso, bastante ansioso, como si algo lo aquejara. No dejaba de agarrarse la cabeza y despeinarse los pocos pelos que le quedaban. Sus manos le temblaban y transpiraba más de la cuenta. Era como si sus tics se hubieran acentuado de manera exponencial.

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