texto en náhuatl de los rituales agrícolas​

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Respuesta dada por: cactus11
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Cada cuatro años, durante la última veintena del año Izcalli, los nahuas realizaban una serie de rituales con los niños: se les horadaban las orejas, los estiraban para que crecieran, les hacían danzar y les daban de beber hasta emborracharlos. En el presente artículo se analizan dichos rituales, mismos que contienen diversos elementos que permiten suponer se trataba de un complejo ritual de paso entre una etapa y otra de la niñez y de la juventud social

IZCALLI

Izcalli era la decimoctava y última veintena del año. En ella se realizaban fiestas en honor al dios del fuego y del tiempo, Xiuhtecuhtli, con la finalidad de abolir el ciclo anual y preparar el inicio del siguiente mediante la purificación del fuego.10 El nombre de la veintena es interesante pues presenta diferentes significados. Por un lado, fray Diego de Durán lo traduce como "criarse"; mientras que Sahagún le asigna el significado de "crecimiento", ambos en relación al ritual de estiramiento que se hacía con los niños.11 En este caso, el nombre de la veintena procedería del verbo izcaltia o "criar a los niños".12 Sin embargo, otros cronistas más tardíos como Torquemada y Veytia traducían el nombre como "resucitado", "el de la resurrección" o "cuando retoña",13 procediendo entonces del verbo izcalia "avivar, tornar en sí, y resucitar",14 acepción que se puede relacionar con la posición de la veintena, y su importancia dentro de los rituales encaminados a la regeneración del tiempo cíclico anual y, como se verá, con el ritual de paso entre dos etapas de la niñez.15

En dicha veintena se realizaban dos festividades centrales. La primera, denominada huauhquiltamalcualiztli y elaborada a los diez días del inicio, consistía en el ofrecimiento de tamales y animales obtenidos en la caza.16 La segunda era efectuada a los veinte días y en ella se ofrendaban panes de masa con frijoles y animales cazados, mismos que eran arrojados al fuego para posteriormente ser comidos por los viejos, quienes, al terminar el banquete, bebían pulque sin llegar a emborracharse.17

Lo anterior era realizado durante tres años, y al cuarto, la fiesta "se hacía grande",18 tal como se registró en el Códice florentino: "Y en Izcalli; el primer año, y el segundo y el tercero año, nada se hacía [fuera de lo común]; pero después; en el cuarto año, se hace grande; era cuando morían los [que hacían de] Ixcozauhqui, las imágenes de Xiuhtecuhtli...".19 Era durante el cuarto año, posiblemente en el momento en el que se ajustaba el año con el bisiesto,20 que se realizaban ciertos rituales relacionados con la infancia: Tenacazxapotlaloya (horadación de orejas); Teizcalaanaliztli, Izcallaana o quinquechanaya (los estiran del cuello); Pilquixtiliztli, (rejuvenecer o sacar a los niños); y Pillahuanaliztli (borrachera de los niños).

Es importante señalar que la información sobre estos rituales se encuentra dispersa en varias fuentes, en donde no fueron registrados de manera cronológica. Es por ello que para los fines del presente trabajo intentaré realizar una reconstrucción mediante un cruzamiento de información.

 

RITUALES PARA LOS NIÑOS EN LA VEINTENA DE IZCALLI

ANTES DE LA FIESTA

Era costumbre en las sociedades mesoamericanas realizar una serie de actos rituales previos, con la finalidad de purificar a los participantes y prepararlos para entrar en contacto con lo sagrado.21 Eran ritos preliminares o de separación, cuya intencionalidad era apartar a los concurrentes de lo mundano y profano.22 En este sentido se realizaban actos encaminados a dicho fin, siendo los más comunes los ritos de purificación, la abstinencia sexual, la prohibición de lavarse partes del cuerpo, los autosacrificios y el ayuno.

Para el caso de los rituales que aquí nos ocupan, en el Códice Telleriano Remensis se registró que para la realización de la fiesta de Pilquixtia se ayunaba por ocho días,23 y aunque no se especifica quiénes participaban en el ayuno, es posible que además de los niños y niñas que serían objeto de los rituales, también participaran tanto los padres como los padrinos, así como los encargados de realizar las ceremonias.24

Por otro lado, antes del día de la fiesta, los padres buscaban padrinos y madrinas para que acompañaran a los niños en las diferentes partes del ritual (figura 1a). Según recopiló Sahagún, a los padrinos se les llamaba "tíos" y "tías", tétlah, teahui,25 ya que a partir de ese momento adquirían parentesco con el niño.26 Lo anterior muestra una notable similitud con el rito de caputzihil descrito por Landa para los mayas de Yucatán, y es similar a los rituales iniciáticos que realizan en la actualidad los mayas y los lacandones, ya que en estos casos, uno de los puntos de importancia es el papel que juegan los padrinos.

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