Respuestas
Respuesta:
La evaluación se realiza en el lugar de los hechos con el fin de establecer prioridades y adoptar las medidas necesarias en cada caso. Consta de dos pasos:
Valoración primaria: su objetivo es identificar las situaciones que suponen una amenaza para la vida.
Para ello observaremos, siempre por este orden:
Estado de consciencia: hablamos y preguntamos a la víctima. Podemos tocarlo y, si no responde, entenderemos que está inconsciente.
La respiración: se coloca al paciente en decúbito supino y comprobamos que ningún cuerpo extraño ni su propia lengua este obstruyendo el paso del aire. Para comprobar la respiración aplicamos el método “ver – oír – sentir”:
Ver si hay movimientos respiratorios.
Oír la entrada y salida del aire.
Sentir el calor y la humedad de la respiración en nuestra cara.
El pulso: lo tomamos en la arteria carótida y palpando con las yemas de los dedos.
La existencia de hemorragias abundantes.
Valoración secundaria: una vez superada la valoración primaria nos ocuparemos del resto de las lesiones. Haremos una exploración desde la cabeza a los pies, de manera ordenada:
Cabeza:
Buscar heridas y contusiones en cuero cabelludo y cara.
Salida de sangre por nariz, boca y oídos.
Lesiones de ojos
Cuello:
Aflojar las prendas ajustadas.
Palpar el cuello para ver si hay alguna deformidad.
Tórax:
Heridas.
Buscar objetos clavados.
Dolor y dificultad al respirar.
Abdomen:
Heridas u objetos clavados.
Dolor.
Extremidades:
Examinar brazos y piernas en busca de heridas y deformidades.
Valorar la sensibilidad para descartar lesiones en la médula.
Explicación:
Cuando nos encontramos con un accidente, en un primer momento y por norma, deberemos realizar una evaluación del estado del accidentado; esto significa recabar toda la información que nos sea posible respecto al paciente y todo lo ocurrido para orientar nuestra actuación y facilitar la de los equipos médicos que posteriormente le van a atender.