Respuestas
Respuesta:
tra sociedad se ha opuesto abierta o taimadamente a la modernización intelectual, política y social de España y que en consecuencia sería injusto cargar sobre la monarquía toda la culpa del retraso y la distorsión de tal empresa. Nadie podrá negar, sin embargo, que hasta 1931 nuestros monarcas se hallaron mucho más cerca de la «aristocracia» que del «pueblo», entendidas ambas palabras en su más tópico sentido. Y si a esto se añade la deficiente y reticente actitud del régimen monárquico ante el hecho de las autonomías regionales, se comprenderá sin esfuerzo que, tras la mal resuelta aventura dictatorial, la república fuese clamorosamente proclamada en nuestras ciudades.
Explicación:
Respuesta: No obstante, afirma Franz Bosbach, se aceptaba sin problemas un monarca o una dinastía que provenía de otro territorio y no se entendían tales relaciones como dependencia o subordinación. Solo en el siglo XIX con el pensamiento de estado nacional se solía interpretar estas relaciones como negativas y con falta de libertades12.
El monarca constituía el elemento central que conectaba a todos los territorios, a veces tan diferentes entre ellos. Era rey, príncipe o conde de cada uno de sus territorios, sin poseer un título