ME PUEDEN RESUMIR AMPLIAMENMENTE ELCUENTO JESUS ,MARIA Y JOSE DE OSCAR GUARAMATO PORFIS AYUDAAA


paolaelizabethlo13: esto es de la materia de español o de literatura ?
Anónimo: literatura

Respuestas

Respuesta dada por: katherinertx151205
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Respuesta:

Al llegar a la cuesta, el asno apresuró la marcha. María buscó acomodo en la montura y miró hacia el hombre. María bostezó y el ruido leve al aspirar hizo que el hombre la mirase.

- ¿Cansada?.

 - No.

- ¿Sueño, entonces?.

 - No. No siento sueño.

- Sí -murmuro el hombre-. Debes estar cansada.    

- El pueblo no esta lejos.

 En los ojos de María hubo un parpadear de inquietud:

 - ¿Encontraremos posada?. En el otro pueblo y en las aldeas por donde pasamos, no encontramos.

Adelante, bajo la claridad lunar, emergían las primeras

casuchas del pueblo.  Y por todas las callejas deambuló José en busca de albergue. Y en todos los sitios le negaron posada, en ninguno encontraban lugar donde quedarse. Y sucedió que en la casa del viejo Tobías, había festejos por la boda de su hija. Y cuando llegó José y suplicó cobijo, el viejo se enterneció y ofreció a los forasteros la parte trasera de la casa. Y era aquel lugar donde amontonaban los toneles inútiles, las sillas rotas y el pienso de las bestias. Y en el pesebre nació el niño. Y el niño se llamó Jesús.

Y dijo el negro:

- Toma, para tu niño.

Y dio a María un pomo de ungüentos olorosos.  Y dijo el moreno:

- Toma, para tu niño.

Y dio a María un pájaro de siete colores.  Y entonces el blanco llamó aparte a José y le dijo:

- Tu vienes de un pueblo lejano. Yo voy hacia un pueblo lejano. Tu no posees ni una misera pieza de plata para dar lecho limpio a tu mujer. Yo te daré oro.

- ¿Oro? -balbuceo' Jose-. ¿Me darás oro?.

 - Sí. Te daré oro reluciente. Oro que nunca has tocado

con tus manos. José miraba al blanco -los ojos de añil, el cabello amarillo, el pecho de gladiador.

 - ¿En verdad me darás oro? -pregunto' de nuevo-.

 - Ya lo has oído.

Jesús, el niño, lloraba junto a la lumbre del amanecer. El hombre blanco sonreía en la bruma. Jose preguntó, una vez mas:

 - Y... ¿a cambio de que me darás tu oro?.

La sonrisa del blanco llenaba toda su faz.

- He dicho que voy hacia un pueblo lejano. He caminado durante dias. Mis pies ya no resisten. Yo te doy mi oro y tu me das tu asno...  En los brazos de María goteaba el llanto del niño. "Es el frio del amanecer" -pensó Jose. El hombre blanco se impacientaba. Jose miró a María -gacela de ámbar, tamborín de miel- y dijo de repente:

- Trato hecho.

- Toma tu oro.

La pieza brillaba en sus manos como un pequeño sol. Y en una de sus caras había un ave con el cuello torcido. Y José observó: "Es un ave de presa". El blanco montó sobre el asno y los otros le siguieron.

Sobre el pesebre correteaba el alba.

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