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La agricultura junto con el cambio en el uso de la tierra gran parte del cual tiene que ver con la deforestación causada por la tala para la producción agropecuaria son responsables de casi un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). Las emisiones directas del sector (10-12% del total mundial) provienen de distintas fuentes, incluida la liberación de dióxido de carbono mediante la labranza, de óxido nitroso por el uso de fertilizantes, y de metano por la producción pecuaria y de arroz de riego.
Si bien la agricultura se encuentra entre los culpables del cambio climático, el sector también es una víctima. De acuerdo con una creciente cantidad de estudios de simulación, los impactos del cambio climático incluidas mayores temperaturas, fenómenos climatológicos más extremos y problemas de plagas y enfermedades cada vez peores podrían reducir de manera significativa los rendimientos de importantes cultivos de grano, como fríjol, maíz, papa y trigo.
Al mismo tiempo, el cambio climático generará cambios notables en la idoneidad de las tierras agrícolas para una amplia variedad de cultivos. Algunas especies (como banano y yuca) podrían surgir como grandes beneficiarias, mientras que otras mostrarán una tendencia a perder terreno, literalmente.