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La etiología del Trastorno por Déficit de Atención (TDAH) no está aún clara, se ha asociado a múltiples factores tanto genéticos y biológicos como ambientales. Entre estos últimos cabe destacar el papel de la dieta sobre la aparición y evolución de la patología. Esta relación con la dieta se establece atendiendo a los alimentos consumidos y las alergias a los aditivos, dietas bajas en proteínas y altas en carbohidratos, desequilibrios minerales, ácidos grasos esenciales y déficit de fosfolípidos, deficiencias de aminoácidos, déficit de vitamina B y de fitonutrientes.
Sin perder de vista las hipótesis neurobiológicas en la etiología del TDAH, ha aparecido una línea de investigación con "hipótesis nutricional" para explicar el incremento del diagnóstico de la patología en los últimos tiempos. Esta hipótesis apunta hacia que el TDAH pueda relacionarse con alguna deficiencia nutricional, el TDAH puede ser una manifestación no anticipada de los cambios modernos en la dieta.
HIPOTESIS ALIMENTACIÓN TDAH
Algunas dietas equilibradas y ricas en algunos componentes específicos, como complementos a los tratamientos tradicionales, se han mostrado eficaces a la hora de mejorar los síntomas de la patología. A continuación comentaremos algunas:
Como primera medida se debe disminuir o eliminar del todo el uso de azúcares refinados, sobre todo durante el desayuno, para evitar los ciclos de hiperglucemia e hipoglucemia.
Se deben evitar los alimentos refinados por su pobre cantidad en nutrientes y porque al no ser alimentos de cultivo biológico llevarán aditivos y estimulantes que probablemente afectarán de forma negativa al niño. Es recomendable que los padres se preocupen en usar alimentos de cultivo biológico siempre que sea posible, para que los niños no consuman conservantes o colorantes.
El consumo excesivo de lácteos, que suele generar intolerancias en el niño e irritabilidad intestinal, se deben minimizar o controlar.
Se han de suprimir las grasas saturadas y las grasas parcial o totalmente hidrogenadas y en su lugar sustituirlas por grasas insaturadas o polinsaturadas.
Es necesario aumentar el consumo de vegetales, frutas frescas y cereales integrales, preferentemente el arroz integral. Si se toma algo de pescado, mejor a la plancha o hervido y cocinar con aceites de primera calidad.
Para asegurarse de que al niño hiperactivo no le falta ningún nutriente podrá ser necesario suplementar la alimentación con ácidos grasos esenciales de cadena larga, conocidos como el EPA y DHA, debido a su importante papel dentro de las funciones cerebrales, un complejo multinutriente y un suplemento proteico.
En conclusión, el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) tiene una disminución de sus síntomas gracias a los tratamientos psicológicos y farmacológicos, pero la mejora de la alimentación puede ayudar a los tratamientos principales, apoyando la reducción de los síntomas.
Se observa que hay un aumento en la cantidad de profesionales que inciden en la importancia de la alimentación y nutrición, no solamente para mantener un buen estado de salud sino también para optimizar la labor que cumple en el cuerpo cada célula, tejido u órgano. Cabe destacar también, que el organismo funciona adecuadamente si tiene los nutrientes en cantidad y calidad necesaria, ya que la mayoría de procesos en el cuerpo ocurren a través de reacciones químicas entre nutrientes, enzimas y hormonas.
Bibliografía:
Quintero, J., Rodríguez-Quirós, J., Correas-Lauffer, J. y Pérez-Templado, J. (2009). Aspectos nutricionales en el trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Revista de Neurología, 49, 307-312.
Jarrín Motte, S. y A. Yáñez, J., Efecto de los ácidos grasos esenciales de cadena larga como agentes para el tratamiento del Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), ECIPERU, Encuentro científico Internacional.
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Explicación:
no la tengo