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Respuesta:
La diversidad de espacios incluye los ecosistemas como núcleo central. Éstos son conjuntos dinámicos de plantas, hongos, animales, microorganismos y el medio físico que los rodea, interactuando como una unidad funcional; por eso se les denomina «ecosistemas».
Diversidad de especies : La incluye los seres vivos con características comunes. En este caso, la especie constituye su núcleo.
La biodiversidad puede agruparse en tres elementos o niveles
diferenciados pero estrechamente relacionados. Son:
la diversidad ecológica o de espacios; incluye la
diversidad de especies, y éste la diversidad genética, como si de
muñecas rusas se tratara.
Éstos son conjuntos dinámicos de plantas, hongos,
animales, microorganismos y el medio físico que los rodea, interactuando como una unidad funcional; por eso se les denomina
«ecosistemas».
La diversidad de especies incluye los seres vivos con
características comunes. En este caso, la especie constituye su
núcleo. No obstante, abarca también otros grupos menores, como
subespecies y poblaciones y, también, otros más amplios que
agrupan especies con características comunes en géneros, familias
o clases.
Dentro de este elemento de la biodiversidad se encontrarían, por
ejemplo, los chimpancés como especie, pero, también, cada uno de
los individuos de esta especie que forman las poblaciones que se
reparten por el planeta y, ampliando nuestro campo de visión,
incluiríamos los chimpancés junto con los orangutanes, los
lémures o los seres humanos dentro del grupo de los Primates. A
su vez, éstos, junto con leones, ballenas, ornitorrincos o ratas, se
encontrarían dentro de la clase de los Mamíferos, que, junto con
aves, peces, insectos, corales o esponjas, pertenecen al reino de
los animales.
La diversidad genética incluye, por su parte, los componentes del
código genético de cada organismo y la variedad de éstos entre
individuos dentro de una población y entre poblaciones de una
misma especie. Así, por ejemplo, la diversidad genética de la especie
humana abarcaría desde las variaciones entre los distintos
grupos étnicos, hasta las diferencias entre individuos.
Estos tres elementos de la biodiversidad –espacios, especies y
genes– han de entenderse y tenerse muy en cuenta a la hora de
proteger y cuidar la biodiversidad, ya que, si nos concentramos en
salvaguardar una determinada especie olvidándonos de preservar
el ecosistema o espacio al que pertenece, estaremos haciendo sólo
la mitad del trabajo. Volviendo a la hipotética ciudad, sería como
intentar preservar a la especie panaderos sin preocuparse por la
suerte de los agricultores o de sus clientes.
Para protegerlos eficazmente debemos incluir la ciudad en su
conjunto con las relaciones que la mantienen viva. Salvaguardando
la diversidad de espacios y los ecosistemas, protegemos, a su vez,
la de especies, y manteniendo esos espacios conectados entre sí,
protegemos, también, la diversidad genética.