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Respuesta:
Érase una vez un niño que se convirtió en perro. Ni el mismo se lo creía y cuando fue a decírselo a sus padres, le echaron a la calle. Nadie se dio cuenta de que era Eric. No podía hablar, solo le salían ladridos. Tuvo una noche muy ajetreada. Entró como pudo a su casa, se acurrucó en su cama y se volvió a convertir en niño. Al día siguiente, fue a decírselo a su amigo Roy. Al principio no se lo creía pero se lo acabó creyendo. En toda una semana no se convirtió, hasta que un día, en la piscina, empezó la transformación. Estaba en los probadores. Ladró y los guardias se dieron cuenta. Huyó y salió de la piscina. Roy por fin lo había visto y se refugiaron en su casa. El le traía comida a Eric y este se la comía. Al cabo de un rato se transformó en niño. Cuando llegó a su casa, su madre le regañó por que había perdido un calcetín. Eric y su amigo se inventaron un código: ¡guau!= si y ¡guau, guau!= no. Como Eric hablaba tanto de perros, su hermana Emily empezó a querer uno. Un día, el mismo día en el que Eric y Roy tenían el campeonato de juegos, Eric se convirtió. No pudo participar y se sintió triste. Dio la casualidad de que cuando el pasaba por allí, en el megáfono se oyó una voz que decía que la hermana de Eric estaba perdida. Entonces el utilizó su olfato. Parecía increíble: olía todos los rastros. Encontró el de su hermana y lo siguió. La encontró delante de un buldog, de aspecto agresivo. Emily lo intentaba tocar, y, en ese momento, Eric ladró y lo espantó. Acompañó a la niña hasta su madre y salió corriendo. Ya era niño de nuevo. Fue a su casa se vistió, y fue al campeonato. Su hermana estaba con su madre. Emily repetía que quería un perrito. Al día siguiente, la abuela de Emily y Eric, le dio una buena noticia: tenía un regalo para Emily= ¡un perro!
Se sorprendieron mucho y le llamaron Monty. Finalmente Emily se quedó feliz con su perrito y Eric ya no se volvió a convertir en perro.