Desarrollo Humano Integral (DHI) interrelaciona estrategias metodológicas participativas y restaurativas cuyo fundamento dialógico permite a las instituciones educativas trabajar en los grupos pequeños las grandes problemáticas presentes en el sistema educativo. Lograrlo desde la dimensión individual hacia la dimensión social de contexto y viceversa, con el afán de realizar una gestión participativa que permita abrir y potenciar otras instancias de participación de los miembros de la comunidad.
Las estrategias pensadas permiten desarrollar actividades en torno a habilidades tales como la empatía, el autoconocimiento, la resolución de conflictos, el manejo de emociones, y la toma de decisiones, mismas que fortalecen los vínculos humanos, permiten comprender las diferencias, encontrar objetivos comunes y plantear metas conjuntas para mejorar la convivencia escolar.
Por ello, esta hora considera necesario generar procesos de integración y de diálogo respetuoso, basado en el conocimiento mutuo, abiertos a la dignidad humana. Parte del principio de aprender haciendo, en concordancia con los fundamentos conceptuales que le dan sentido a este proceso, como es el constructivismo, concentrado en el desarrollo de la autonomía de las niñas, niños y adolescentes. Es a través de las vivencias que las y los estudiantes logran con cada una de las actividades propuestas por las y los docentes tutores en la hora de desarrollo humano integral, pero sobre todo con ese cúmulo de experiencias dadas, visto como un proceso de vida, lo que garantiza la adquisición de los aprendizajes esperados a través de las habilidades priorizadas con las que logran construir comunidad.
El pensamiento sensible se activa cuando utilizamos nuestros cuerpos y buscamos otras formas de comunicación que van más allá de la declaración verbal desde un pupitre o el pizarrón17. Es este pensamiento sensible, que está directamente vinculado con lo que sentimos, dado a través de las experiencias que nos presenta la vida, el que logra la aprehensión de los saberes y conocimientos nuevos que luego son procesados de manera racional.
Son las experiencias logradas de manera sistemática y sostenida las que se convierten en hábitos y comportamientos naturalizados. Si el entorno educativo propicia experiencias y vivencias en torno a las habilidades para la vida y el desarrollo humano integral bajo los principios de reciprocidad para la convivencia en comunidad, de manera sistemática desde los años iniciales hasta los finales, esos hábitos y comportamientos naturalizados serán positivos, evidenciando la construcción colectiva y armónica de entornos de paz, donde todas y todos cuentan con las herramientas y las posibilidades para vivenciar sus propios proyectos de vida.
Tarea:
Elaborar una cuadro, en la columna izquierda pondremos los hábitos que teníamos antes de la pandemia y en la columna izquierda la lista de los hábitos que hemos adquirido este tiempo de pandemia.
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pues aslo que dicen ala indicaciones
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_V
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