DOY CORONITA
Junto al río Ganges
Arati (nacida en Benarés, India, en 1991) es la mayor de los cinco hijos de una joven pareja india.
Su padre es vendedor ambulante de collares y su madre, ama de casa. Arati asiste a la escuela, pero desde los seis años se ve obligada a repartir las horas del día entre el estudio y la venta de postales a orillas del río Ganges.
La periodista Ima Sanchís le hace la entrevista que tienes a continuación.
¿Te gusta tu casa? Sí,
me gusta mucho.
Apenas tiene cuatro metros cuadrados, ¿cómo duermen?
En diagonal: aquí se tumba mi padre, a su lado mi madre, luego vengo yo y mis cuatro hermanos.
¿Y cómo es tu casa?
Al lado de esta, mi casa es muy grande.
¿Vives con tus padres, hijos y primos? No.
¿Y no te sientes sola? (...)
Cuéntame, ¿cómo transcurre un día en tu vida?
Me levanto a las seis de la mañana y me voy junto al Ganges a vender postales. A las
siete y media entro a la escuela. A las cuatro y media vuelvo a los ghats, a vender más
postales hasta que oscurece. Estudio una hora, juego un rato, meriendo y hablo con mis
amigos. A las once de la noche me voy a dormir.
¿Quién trae el dinero a casa: tú o tu padre?
Mi padre hay meses que no consigue nada; como mucho
saca 300 rupias al mes. Yo en promedio gano unas 800
rupias al mes.
¿Cómo imaginas tu vida en el futuro?
Quiero ser doctora, ayudar a la gente que lo necesita y,
en especial, a todos aquellos que no tienen piernas o brazos, ni dinero para medicinas.
¿Y por qué quieres hacer eso?
Porque veo por la calle a demasiada gente que sufre y que necesita ayuda. Creo
que si yo les ayudo, me ayudo a mí misma, es buen karma para mí, ¿entiendes?
¿Ves posible ir a la universidad?
Lo intentaré; cuesta entre 3000 y 4000 rupias al mes. Ya sé que, cuando sea mayor,
no podré vender postales por la calle porque nadie me comprará. Tengo planeado dar clases de hindi a extranjeros.
Tú tratas con muchos occidentales.
¿Qué piensas de nosotros?
Los occidentales son como los indios, quieren ganar dinero; lo que pasa es que allí
se gana mucho más que aquí. Nosotros no somos inferiores a los occidentales, pero
necesitamos parte de su dinero para sobrevivir. Aun así, yo creo que el dinero se
debe ganar honestamente.
¿A qué te refieres?
Yo me niego a trabajar con las tiendas que
me ofrecen cincuenta por llevar a los turistas
Me niego porque eso me parece deshonesto. Preiero tener un trato de igual a igual y
para eso es esencial no engañar al otro.
Entiendo.
Yo compro las postales y tengo que sacarles un beneicio, pero no les pongo precio,
siempre digo: «Dame un dinero feliz, el que a ti te haga feliz me hará feliz a mí».
¿Y si te dan menos de lo que invertiste?
Yo sonrío.
¿De qué hablas con los extranjeros?
Hablo de la codicia, del dinero y la bondad.
Les advierto de tantos indios extraños que lo único que quieren es sacarles dinero.
¿Cómo sabes si la gente es buena o mala?
Vendo postales desde los seis años. Cuando me acerco veo cómo reaccionan:
algunos ni me miran, otros sonríen, otros preguntan y otros me tocan, y yo odio que
me toquen. Si miras a los ojos a la gente, sabes. En India son los padres los que deciden con quién se casan las hijas. Mi madre quiere que me case y la he convencido de que me deje escoger a mí. Como condición me exige que sea un buen chico y que no sea de piel muy negra, porque las personas de piel oscura son complicadas.
¿Y tú qué le dices a tu madre?
«Si encuentro un corazón limpio, aunque esté recubierto de una piel oscura, me casaré con él». A mi padre no le gusta que
hable con niños indios, porque eso crea
compromisos y vínculos, pero yo me fío de mi propia intuición.
¿Si tu fueras Arati que te gustaría cambiar de la vida de ella, y por qué?
Respuestas
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Respuesta:
capaz que si o no
Explicación:
porque no estoy segura
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