• Asignatura: Historia
  • Autor: miranda320
  • hace 4 años

¿Por qué se afirma que el Islam favoreció la expansión árabe?

Respuestas

Respuesta dada por: vivianwibi
3

Respuesta:

PORQUE ERA UN METODO MEJOR Y MAS FACIL PARA LAS PERSONA

Explicación:

PORFA DEME CORONITA Y GRACIAS


miranda320: listo
Respuesta dada por: creativetovi
1

Respuesta:

son admitidas. Un debate, en el que los

medios de comunicación, que monopolizan la información a escala global, han tenido mucho que ver en la generación del

vigente imaginario colectivo en torno a la

mas conocida civilización islámica. Según

un estudio de Daya Kishan, profesor de periodismo de la Universidad de Coventry en

Gran Bretaña: “los principales medios de

comunicación occidental, especialmente los

anglo-estadounidenses, que dominan los

servicios de cadena, televisión, radio y prensa a escala mundial, y distribuyen aproximadamente el 80% de las noticias en el

mundo, han contribuido a proyectar la

imagen del Islam, como una religión contraria a los valores de la civilización (entendida esta como occidental)”2

. De esta

forma, la gran prensa occidental logra construir una agenda de noticias global conforme con los intereses de sus países.

Uno de los estudiosos más reconocidos del tema, el palestino Edward Said,

habla en su libro más citado Orientalismo3

, de como Oriente no es un tema sobre el que se pueda tener libertad de

pensamiento, puesto que se nos da ya definido, acotado y dispuesto de una forma

cerrada y acabada. La relación entre Oriente y Occidente es una relación de poder,

en la que el primero se subordina al segundo, el cual emite la noción colectiva

que define el “nosotros” contra todos aquellos “no europeos”.

Se acepta como válida la tesis de la

confrontación entre dos mundos, por un

lado la superioridad del Occidente posmoderno, laico, desarrollado, democrático y racional, por otro y enfrentado a él,

el mundo islámico, representado como

arcaico, oscurantista, subdesarrollado, fanático, irracional, y lo que es peor como

fundamentalista y terrorista. El Islam es,

en este momento, considerado como un

elemento disruptor del sistema internacional, según el profesor Said, “existe un consenso sobre el Islam como una especie de

chivo emisario para cualquier suceso que

no nos guste sobre los nuevos modelos

políticos, sociales, y económicos a nivel

mundial. Para la derecha, el Islam representa el barbarismo; para la izquierda, una

teocracia medieval; para el centro, una especie de exotismo desagradable. A pesar

de que existe un acuerdo de que allí no

hay demasiado que se pueda aprobar”4

. En

definitiva esta civilización es vista como

un obstáculo para la imposición de los

“nuevos valores” de libertad, como una

amenaza a la seguridad del sistema, al que

por tanto que hay que combatir, lo que a

ojos de los ‘hegemones’, legitimaría la intervención y la guerra, hoy calificada como

“preventiva”, para asegurar la paz en el

mundo. Un reciente estudio de la RAND

Corporation rezaba: “Hoy el rol del poder militar de EE.UU. puede ser definido

ampliamente como el de proteger y promover los valores y los intereses americanos y los de sus aliados en cualquier lugar

del mundo. A veces ese rol implica pelear

guerras, mayormente previniéndolas”5

.

Estas visiones serán alimentadas desde la academia por aportes tan controvertidos como lo fue en su época, el artículo

del analista político, Samuel P. Huntington, publicado en 1993 en la prestigiosa

revista Foreign Affairs, y titulado “Choque

de civilizaciones”6

, en cuyo análisis anticipaba un mundo en el que el escenario

internacional estaría dominado por conflictos entre culturas. Los críticos consideraron el artículo como un llamado a una

nueva cruzada contra el Islam liderada por

Occidente en cabeza de los EE.UU.

Como reza en la Introducción del

capítulo, que Geopolítica del caos, destina

al análisis del Islam contemporáneo:

“El Islamismo recibe hoy, y muy especialmente desde los países del norte, una

lectura incierta en la que se entremezclan

la invención de ‘un enemigo de Occidente’, un colonialismo perenne y un racismo apenas disimulado, junto a necesidades

geopolíticas (estratégicas, militares y económicas), en la era de la globalización”7

.

Esposito asegura que la comprensión

de los movimientos islamistas ha sido limitada y selectiva y que resulta erróneo

reducir el Islam al activismo islámico y al

terrorismo. El autor considera que la noción moderna de religión, como sistema

de creencias personales, hace del Islam, que

se extiende a casi todos los aspectos de la

vida e integra la religión con la política y

la sociedad, algo anormal, incomprensible y amenazador.

Pero, a la hora de analizar el activismo islámico, a menudo se olvida que todas las religiones del mundo, en sus

orígenes e historia, fueron maneras de vivir de las que casi nada se excluía. Y, si

bien la relación de la religión con la política en el mundo occidental se ha modificado, la religión sigue siendo una forma

de vida con fuerte acento en la comunidad en numerosos países de las más diferentes creencias.

Solo en Occidente, a partir del Siglo

de las Luces, se aplica una noción restringida de la religión, como una mera creencia personal que no compromete a la

sociedad.

Explicación:

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