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Respuesta:
CAPERUCITA ROJA
Lee atentamente y ordena los párrafos en orden de manera que se entienda el cuento:
Había una vez…
1. Un leñador que se encontraba cerca escuchó a Caperucita Roja que pedía socorro por la ventana. Tomando su hacha corrió hacia la casa para salvarla.
Antes que el lobo pudiera hacer daño a Caperucita Roja, el leñador le dio muerte de un tremendo hachazo. Luego lo arrastró hasta el bosque Y en ese momento la abuelita regresaba a su hogar, lo que hizo tranquilizar a Caperucita y pasar un rato de alegría junto a ella.
2. …Una niñita que vivía con su madre cerca de un gran bosque. Al otro lado del bosque vivía su abuelita, que sabía hacer manualidades y un día le había realizado una preciosa caperucita roja a su nietita, y ésta la usaba tan continuamente, que todos la conocían como Caperucita Roja.
Un día la madre le dijo:
-Vamos a ver si eres capaz de ir solita a casa de tu abuelita. Llévale estos alimentos y este pote de mantequilla y pregúntale cómo se encuentra, pero ten mucho cuidado durante el camino por el bosque y no te detengas a hablar con nadie.
3. -¡OH! ¡Abuelita! -exclamó Caperucita Roja-, ¡qué orejas más grandes que tienes!
-Son para escucharte mejor -dijo el lobo.
-Abuelita, ¡qué ojos más grandes tú tienes!
-Son para verte mejor, querida nieta.
-Abuelita, ¡qué dientes más grandes que tienes!
-Son para comerte mejor -gritó el lobo saltando de la cama.
4. Así, Caperucita Roja, llevando su cestito, fue por el bosque a visitar a su abuelita. En el camino la observó el lobo feroz, desde detrás de algunos árboles. Tuvo ganas de devorar a la niña, pero no se atrevió, pues escuchó muy cerca a los leñadores trabajando en el bosque.
El lobo, con su voz más amistosa, preguntó:
-¿Dónde vas, querida Caperucita? ¿A quién llevas esa cesta con alimentos?
5. Caperucita Roja se entretuvo en el camino recogiendo flores silvestres. Mientras tanto el hambriento lobo feroz se dirigió con mucha rapidez a la casa donde vivía la abuelita. Estaba muy impaciente porque no había comido en tres días.
Sin embargo, la abuelita se había ido muy temprano para el pueblo, y el lobo encontró la casa vacía.
Poniéndose el gorro de dormir de la anciana, se metió en la cama y esperó a Caperucita Roja. Cuando la niña entró en la casa, se asustó porque encontró a su abuelita en cama y le pareció muy extraña.
La solución:
2, 4, 5, 3, 1
La caperucita roja es un cuento infantil que se extendió por gran parte del Europa y el mundo, se dice que el autor es Charles Perrault, escrito para el siglo XVII.
Orden cronológico "La Caperucita Roja"
1. Había una vez una dulce niña que quería mucho a su madre y a su abuela. Les ayudaba en todo lo que podía y como era tan buena el día de su cumpleaños su abuela le regaló una caperuza roja. Como le gustaba tanto e iba con ella a todas partes, pronto todos empezaron a llamarla Caperucita roja.
Un día la abuela de Caperucita, que vivía en el bosque, enfermó y la madre de Caperucita le pidió que le llevara una cesta con una torta y un tarro de mantequilla. Caperucita aceptó encantada.
"Ten mucho cuidado Caperucita, y no te entretengas en el bosque"
2. Caperucita se consiguió el lobo y este mandó a Caperucita por el camino más largo y llegó antes que ella a casa de la abuelita. De modo que se hizo pasar por la pequeña y llamó a la puerta. Aunque lo que no sabía es que un cazador lo había visto llegar.
- ¿Quién es?, contestó la abuelita
- Soy yo, Caperucita - dijo el lobo
- Que bien hija mía. Pasa, pasa
El lobo entró, se abalanzó sobre la abuelita y se la comió de un bocado. Se puso su pijama y se metió en la cama a esperar a que llegara Caperucita, Al llegar llamó a la puerta
- ¿Quién es?, contestó el lobo tratando de afinar su voz
- Soy yo, Caperucita. Te traigo una torta y un tarrito de mantequilla.
- Qué bien hija mía. Pasa, pasa
Cuando Caperucita entró encontró diferente a la abuelita, aunque no supo bien porqué.
- ¡Abuelita, qué ojos más grandes tienes!
- Sí, son para verte mejor...
- ¡Abuelita, qué orejas tan grandes tienes!
- Claro, son para oírte mejor…
- Pero abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!
- ¡Son para comerte mejor!
3. En cuanto dijo esto el lobo se lanzó sobre Caperucita y se la comió también. Su estómago estaba tan lleno que el lobo se quedó dormido. Ese momento el cazador que lo había visto entrar en la casa de la abuelita comenzó a preocuparse.
Había pasado mucho rato y tratándose de un lobo…¡Dios sabía que podía haber pasado! De modo que entró dentro de la casa. Cuando llegó allí y vio al lobo con la panza hinchada se imaginó lo ocurrido, así que cogió su cuchillo y abrió la tripa del animal para sacar a Caperucita y su abuelita
"Hay que darle un buen castigo a este lobo", pensó el cazador
De modo que le llenó la tripa de piedras y se la volvió a coser. Cuando el lobo despertó de su siesta tenía mucha sed y al acercarse al río, ¡PUM! se cayó dentro y se ahogó.
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