Por qué decimos que el humanismo se aleja cada vez más de la dependencia conceptual escolástica
Respuestas
El concepto de humanismo tiene varios usos. Se trata, por ejemplo, de la doctrina que se basa en la integración de los valores humanos. A su vez, puede hacer referencia a un movimiento renacentista, a través del cual se propuso retornar a la cultura grecolatina para restaurar los valores humanos.
El humanismo, en general, es un comportamiento o una actitud que exalta al género humano. Bajo esta concepción, el arte, la cultura, el deporte y las actividades humanas generales, se vuelven trascendentes. Dicha trascendencia podía conseguirse a través de la exaltación y la experimentación de las propias facultades.
Se trata de una doctrina antropocéntrica, donde el hombre es la medida de todas las cosas. La organización social, por lo tanto, debe desarrollarse a partir del bienestar humano. Esta corriente se opone al teocentrismo medieval, donde Dios era el centro de la vida.
El humanismo reconoce valores, como el prestigio, el poder y la gloria, que eran criticados por la moral cristiana e incluso considerados como pecados. Otra diferencia con las doctrinas religiosas es que el humanismo hace al hombre objeto de fe, mientras que, en la antigüedad, la fe era patrimonio de Dios.
Cabe mencionar, sin embargo, que esta corriente se opone al consumismo; ya que está en contra de lo superficial, del narcisismo y de aquello que no es propio de la dignidad humana. La cosificación del hombre como productor o consumidor atenta contra su desarrollo integral.
Como movimiento intelectual surgido en Europa durante el siglo XV, el humanismo promovía la entronización del ser humano no solo como elemento indispensable en torno al cual giraba la vida social, sino también como centro del universo.
En la educación hubo importantes cambios que se verían reflejados en el nivel intelectual de las personas. En lugar de continuar con una enseñanza rígida, se le dio importancia a la individualidad de cada alumno y el aprendizaje se centró en formar a personas que estuvieran preparadas para desarrollar una vida activa en la comunidad civil, que confiaran en sí mismas y que fueran capaces de discernir por sí solas entre lo correcto y lo incorrecto.