• Asignatura: Geografía
  • Autor: rodrigoivan747
  • hace 5 años

¿Qué consecuencias tuvo y tiene el triunfo del Sistema Capitalista, a nivel planetario, sobre la cuestión, económica, social-política y especialmente ambiental?

Respuestas

Respuesta dada por: kendratatiana29
1

Respuesta:

La separación de las poblaciones respecto de sus medios históricos de

producción, la aparición del trabajo asalariado y la constante reproducción de

los mecanismos de acumulación son tres de los procesos que reaparecen en forma

permanente en los diversos lugares que el capital va colonizando o recolonizando

(es decir reocupando los espacios con renovadas formas de economía de mercado,

en correlación con la evolución mundial de este y con el progreso tecnológico) y así

son mayoritariamente tratados por la bibliografía actual que rescata el análisis de la

acumulación originaria (o primitiva) para el estudio de la sociedad contemporánea;

«acumulación primitiva es una reproducción constante de la acumulación, sea

en términos de la renovada separación de las nuevas poblaciones respecto a

los medios de producción y subsistencia, sea en términos de la reproducción

de las relaciones asalariados dentro de las establecidas relaciones del capital»

(Bonefeld, 2012: 61). Son bien conocidas las consecuencias negativas que estos

violentos—en la mayoría de los casos— procesos de separación causaron y siguen

causando sobre las personas y comunidades asentadas en las tierras conquistadas

(o reconquistadas) por el capital. Este proceso de apropiación y separación fue

y sigue siendo un mecanismo esencial para el desarrollo del capitalismo, por

cuanto provee el soporte necesario tanto en fuerza de trabajo como en libertad

de usufructo de los recursos espacio-territoriales presentes; «el brutal proceso de

separación de la gente respecto a sus medios de auto-provisión, conocido como

acumulación primitiva, causó enormes sufrimientos materiales a la gente común.

Esta misma acumulación primitiva proveyó las bases para el desarrollo capitalista»

(Perelman, 2012: 42). Así

que tuvieron una escasa presencia en las luchas de mediados de los años 50 para

reconstruirse ya complejamente a partir de una serie dialéctica de antagonismos

que van desde los étnicos, pasando por los socioculturales, de clases, de soberanía,

territoriales y de recursos ecológicos (Hernández et al., 2010; Escobar de Pabón,

2004; Farah et al., 2011). Es que la insurrección y la nueva gobernabilidad a partir

de las premisas del «buen vivir» plantea reivindicaciones, cambios, reformas y

posicionamientos que dialogan permanentemente con diversas contradicciones,

amparados en una situación sociohistórica, de las tantas que abundan en América

Latina, en donde la instalación de la reproducción ampliada se superpone en

forma permanente con los mecanismos de la acumulación originaria, pues la

vía mercado-plusvalía del capitalismo se conjuga con los procesos de violencia,

saqueo y desposesión sobre comunidades, territorio, etnias y recursos ecológicos.

El complejo procesos de reivindicaciones y transformaciones del presente pivotea

sobre esta complejidad, y aunque no puede llegar, en muchas ocasiones, a la médula

de los mecanismos de opresión y explotación, nos plantea un desafío intelectual

y sociopolítico digno de tenerlo claramente presente. La Revolución cubana, por

su parte, además de sus cualidades que desandan todos los esquemas rígidos,

inauguró por su parte toda una década de fuerte rebelión (no solo política, sino

teórica y cultural) en toda América Latina que necesitó finalmente de sangrientas

dictaduras para imponer modelos de individualismo extremo, destruyendo redes y

solidaridades históricas en el marco de modelos socioeconómicos y políticos

neoliberales e ideológico-culturales neoconservadores. Siempre estuvo en juego

un modo de acumulación y desposesión concentrado, que conjuga reproducción

ampliada y acumulación originaria liderados durante décadas por la doctrina

del desarrollo y la modernización contra diversas estrategias de liberación y

construcción de modos alternativos y que vienen encontrando en los poderes

concentrados y en las políticas neoliberales-conservadoras una fuerte resistencia,

tal lo que viene ocurriendo en Brasil, Argentina, Ecuador y también Venezuela

(Ansaldi, 2017; Azzelini, 2017; Veltmeyer, 2017; Oliver, 2017; Martuscelli, 2017).

Este proceso complejo fue variando a lo largo del tiempo y el espacio no solo

gracias al momento histórico y el paradigma político vigente, sino además gracias

a la estructura social y política, a la construcción cultural ideológica y a la lectura

que esta haga de la primera según las características de las clases involucradas en

los procesos de conflicto


rodrigoivan747: :o?
Respuesta dada por: akbotasejlovna1234
1

Respuesta:

La comprensión de la actual crisis del sistema capitalista mundial reviste una gran complejidad analítica: concita siete explicaciones teóricas canalizadas por tres vertientes paradigmáticas, expresa diez dimensiones críticas, afronta cuatro paradojas sintomáticas y suscita seis respuestas políticamente diferenciadas. Además de examinar el intrincado debate, este artículo analiza  críticamente la crisis como un problema de carácter estructural, sistémico y civilizatorio. En primera instancia, esta es una crisis de valorización que entraña una espiral de sobreacumulación, la caída de la tasa de ganancia y la ruptura de las dinámicas de acumulación; pero en última instancia significa una crisis civilizatoria. La acumulación mundial centralizada, comandada por el capital transnacional y basada en la explotación del trabajo barato, devastación ambiental y financiarización muestra sus verdaderos límites. Empero, el gran capital pretende restaurar el proceso de concentración de capital, poder, riqueza y conocimiento, sin importar que la vida humana y el metabolismo social estén amenazados de múltiples formas.  

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