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Te cuento y espero ser clara al respecto: Primero te voy a explicar su postura acerca de que es el conocimiento, mas precisamente el pensar, despues llegare a contarte de las vias para acceder a este.
Parmenides, consecuente con su monismo, sostiene la identidad de pensamiento y ser. Es decir que para èl, “pensar" y "ser" son lo mismo. De esta forma, todo lo que pienso es. Llega a ser exageradamente realista. no se trata de un idealismo que reduzca la existencia al "percipi" (ser percibido) sino de un exceso de realismo que absorbe el percipere (percibir) en el ser. Es la suya una idea univoca, pues encierra todo el ser en la misma esfera.
Si pensar y ser es una misma cosa, el ente que esta pensando esta siendo necesariamente - como eterna conciencia de si mismo. Esta formula no distingue la potencia del acto (que ya explicara Aristoteles instruido por la experiencia).
Ahora bien, nuestro amigo Parmenides comete un error: si la potencia de ver y la de ser visto son distintas- de esto se olvida- el acto de ver y el acto de ser visto, en cambio- y aquí Parmenides dice bien- son uno y el mismo. Tanto conocer como ser conocido son existir mas, sobreexitir. Conocer es en cierto modo hacer existir a uno mismo y a las demás cosas.
Parménides escribió un poema filosófico en hexámetros del que conservamos la mayoría de los versos a través de Simplicio.
El poema expone su doctrina a partir del reconocimiento de dos caminos para acceder al conocimiento: la vía de la verdad y la vía de la opinión. Sólo el primero de ellos es un camino transitable, siendo el segundo objeto de continuas contradicciones y apariencia de conocimiento.
La vía de la opinión parte, dice Parménides, de la aceptación del no ser, lo cual resulta inaceptable, pues el no ser no es. Y no se puede concebir cómo la nada podría ser el punto de partida de ningún conocimiento. ("Es necesario que sea lo que cabe que se diga y se conciba. Pues hay ser, pero nada, no la hay"). Por lo demás, lo que no es, no puede ser pensado, ni siquiera "nombrado". Ni el conocimiento, ni el lenguaje permiten referirse al no ser, ya que no se puede pensar ni nombrar lo que no es. ("Y es que nunca se violará tal cosa, de forma que algo, sin ser, sea"). Para alcanzar el conocimiento sólo nos queda pues, la vía de la verdad. Esta vía está basada en la afirmación del ser: el ser es, y en la consecuente negación del no ser: el no ser no es.
Parmenides también quiere explicar la diversidad entre las cosas, para ello tiene que explicar el concepto de cambio, “es un paso del no ser al ser y del ser al no ser”. Si el no ser no tiene ser entonces no puede pasar del no ser a ser, nadie se puede dar a si mismo lo que no tiene, de la nada nada viene, por lo tanto el cambio no existe y entonces nosotros tampoco, no debemos temerle a la muerte porque nunca nacimos, no existimos, si no hay cambio entonces hay un solo ser único, eterno, ilimitado, infinito y homogéneo.
Por lo demás, la asociación de la vía de la verdad con el pensamiento racional y de la vía de la opinión con la sensación parece poder aceptarse, aunque sin llegar a la claridad de la distinción que encontramos en Platón. Efectivamente, Parménides afirma en el poema la superioridad del conocimiento que se atiene a la reflexión de la razón, frente a la vía de la opinión que parece surgir a partir del conocimiento sensible. Pero el conocimiento sensible es un conocimiento ilusorio, apariencia. Podemos aceptar pues que Parménides introduce la distinción entre razón y sensación, entre verdad y apariencia.
Parmenides, consecuente con su monismo, sostiene la identidad de pensamiento y ser. Es decir que para èl, “pensar" y "ser" son lo mismo. De esta forma, todo lo que pienso es. Llega a ser exageradamente realista. no se trata de un idealismo que reduzca la existencia al "percipi" (ser percibido) sino de un exceso de realismo que absorbe el percipere (percibir) en el ser. Es la suya una idea univoca, pues encierra todo el ser en la misma esfera.
Si pensar y ser es una misma cosa, el ente que esta pensando esta siendo necesariamente - como eterna conciencia de si mismo. Esta formula no distingue la potencia del acto (que ya explicara Aristoteles instruido por la experiencia).
Ahora bien, nuestro amigo Parmenides comete un error: si la potencia de ver y la de ser visto son distintas- de esto se olvida- el acto de ver y el acto de ser visto, en cambio- y aquí Parmenides dice bien- son uno y el mismo. Tanto conocer como ser conocido son existir mas, sobreexitir. Conocer es en cierto modo hacer existir a uno mismo y a las demás cosas.
Parménides escribió un poema filosófico en hexámetros del que conservamos la mayoría de los versos a través de Simplicio.
El poema expone su doctrina a partir del reconocimiento de dos caminos para acceder al conocimiento: la vía de la verdad y la vía de la opinión. Sólo el primero de ellos es un camino transitable, siendo el segundo objeto de continuas contradicciones y apariencia de conocimiento.
La vía de la opinión parte, dice Parménides, de la aceptación del no ser, lo cual resulta inaceptable, pues el no ser no es. Y no se puede concebir cómo la nada podría ser el punto de partida de ningún conocimiento. ("Es necesario que sea lo que cabe que se diga y se conciba. Pues hay ser, pero nada, no la hay"). Por lo demás, lo que no es, no puede ser pensado, ni siquiera "nombrado". Ni el conocimiento, ni el lenguaje permiten referirse al no ser, ya que no se puede pensar ni nombrar lo que no es. ("Y es que nunca se violará tal cosa, de forma que algo, sin ser, sea"). Para alcanzar el conocimiento sólo nos queda pues, la vía de la verdad. Esta vía está basada en la afirmación del ser: el ser es, y en la consecuente negación del no ser: el no ser no es.
Parmenides también quiere explicar la diversidad entre las cosas, para ello tiene que explicar el concepto de cambio, “es un paso del no ser al ser y del ser al no ser”. Si el no ser no tiene ser entonces no puede pasar del no ser a ser, nadie se puede dar a si mismo lo que no tiene, de la nada nada viene, por lo tanto el cambio no existe y entonces nosotros tampoco, no debemos temerle a la muerte porque nunca nacimos, no existimos, si no hay cambio entonces hay un solo ser único, eterno, ilimitado, infinito y homogéneo.
Por lo demás, la asociación de la vía de la verdad con el pensamiento racional y de la vía de la opinión con la sensación parece poder aceptarse, aunque sin llegar a la claridad de la distinción que encontramos en Platón. Efectivamente, Parménides afirma en el poema la superioridad del conocimiento que se atiene a la reflexión de la razón, frente a la vía de la opinión que parece surgir a partir del conocimiento sensible. Pero el conocimiento sensible es un conocimiento ilusorio, apariencia. Podemos aceptar pues que Parménides introduce la distinción entre razón y sensación, entre verdad y apariencia.
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