cómo se aprecia la hegemonía de EEUU después de la Primera Guerra Mundial y hasta el día de hoy.
para hoy por fiss, se los agradeceria demasiado
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A partir de la última década del siglo XIX, el sistema internacional entró en una dinámica marcada por la hegemonía de Estados Unidos: su fase de emergencia o ascenso ocurrió desde los últimos años del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Entre 1914 y 1944, Estados Unidos desplegó su poderío y consolidó su hegemonía. Finalmente, desde 1945 hasta 1981, transcurrió un periodo de apogeo hegemónico caracterizado no solo por la preponderancia de poder nacional, sino también por la voluntad para emplearlo en la definición de la nueva gobernanza internacional. No obstante, en el último cuarto del siglo XX, la hegemonía estadounidense comenzó a dar signos de agotamiento. Tal como se plasma en la siguiente gráfica, después de un momentáneo incremento en el Índice de Poder Mundial entre 1983 y 1984 (debido a los drásticos ajustes realizados por las reaganomics), las capacidades nacionales de Estados Unidos se estancaron durante el resto de la década de 1980 y durante toda la década de 1990, para luego declinar drásticamente a partir de 2001.
El declive hegemónico estadounidense fue acelerado con los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. Los atentados terroristas del 11-S cambiaron por completo las prioridades del recién iniciado gobierno de George W. Bush (2001-2009): la guerra contra el terrorismo se convirtió en el tema central de su política interna y externa. Ello quedó plasmado en la National Security Strategy de 2002, cuyos planteamientos repercutieron no solo en la creación del poderoso Departamento de Seguridad Nacional, sino también en la definición de una política exterior caracterizada por la búsqueda del reposicionamiento de su país a través de un fuerte unilateralismo, un mínimo de cooperación y la dominación en ciertos asuntos internacionales. Bush y sus «halcones» proyectaron a Estados Unidos como el único actor capaz de defender ortodoxamente el mercado, conservar la libertad y combatir al «eje del mal».
Esta dura política neoconservadora de inicios del siglo XXI fue insostenible para el país hegemónico pues abultó los costos económicos, políticos y sociales al punto de disipar todo su liderazgo. El punto de quiebre fue la crisis financiera de 2008 y 2009. Ciertamente, el gobierno de Barack Obama estabilizó la economía nacional y logró mostrar una faceta distinta de su país al mundo. Sin embargo, el estancamiento de la hegemonía estadounidense no se trata de un simple discurso político, sino de un fenómeno que acumula evidencia día con día.