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Respuesta:
Rosa y Alberto son dos hermanos que eran diferentes en todo. Ella gustaba de la lectura, pero le tenía miedo a la oscuridad. Él le gustaba el futbol y disfrutaba asustando a su hermana.
Cuando estaban juntos, discutían tanto, llegando a los gritos. Una mañana su mamá perdió la paciencia con ellos. – Váyanse juntos- les dijo- y traten de llevarse bien y ser amables uno con otro, y regresen a tiempo para la comida.
A pesar que no se soportaban, caminaron juntos. Sin darse cuenta llegaron a un lugar montañoso, ella dijo: Alberto vámonos de aquí, este lugar me asusta, El respondió: ¡si quieres quédate, es tu problema!, yo seguiré explorando.
De pronto Alberto gritó -¡Rosa!, ven acá- Ella fue a su encuentro. – Mira- dijo él- una cueva. Ven, vamos, a ver qué hay del otro lado. – ¡No! - no sabemos que peligros hay – dijo ella. -No seas tonta- dijo Alberto- yo voy a entrar. -Ella decidió esperar hasta que el hermano saliera de la cueva. Esperó y esperó, pero él no salía, sus ojos se llenaron de lágrimas. ¿Qué podía hacer? No le quedo de otra que entrar a la cueva para buscar a su hermano, aquel lugar era oscuro, húmedo y resbaladizo. Del otro lado se encontró en medio de un bosque. No había ni rastros de su hermano. Empezó a temblar de miedo quería regresarse, pero pensó. ¿Qué sería de su hermano si ella se regresaba?, empezó a correr y de pronto, frente a ella había una figura, inmóvil, como de piedra. - ¡Oh, no!- gritó-, llegué demasiado tarde. Abrazó la figura fría que poco a poco, empezó a cambiar se hizo más suave, más tibia y empezó a moverse, ¡era ALBERTO¡ -¡Rosa!, yo sabía que vendrías- le dijo él y la abrazó fuertemente, ella se limpió las lágrimas, se cogieron de la mano y corrieron de regreso a casa.
Cuando estaban por llegar, Alberto se disculpó con Rosa por todas las malas acciones que había hecho en contra de ella, Rosa sonrió y respondió: está bien hermanito, voy hacer de cuenta que nada pasó. Tú también discúlpame y prométeme que a partir de hoy todo será diferente, yo te quiero mucho y hoy he descubierto lo importante que eres para mí, además mamá estará feliz que nos llevemos bien, Alberto volvió abrazarla diciendo: gracias por ir a buscarme y demostrarme lo valiente que eres. Cuando llegaron a casa, mamá les dijo- los notos muy callados. ¿Está todo bien? Rosa y Alberto, solo sonrieron y disfrutaron el rico almuerzo que mamá les preparó y a partir de aquel día, aprendieron a convivir en armonía.
Cuando estaban juntos, discutían tanto, llegando a los gritos. Una mañana su mamá perdió la paciencia con ellos. – Váyanse juntos-
Explicación:
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