¿Qué acontecimientos relevantes ocurrieron en México en el 2010 en el ámbito político y social? y ¿Qué influencia tuvieron?
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Respuesta:
Para México, el año 2010 revestía un simbolismo extraordinario. Un siglo antes estallaba la Revolución Mexicana, una saga colectiva de orden militar, político, social, cultural y económico con un catastrófico costo en vidas y recursos, que determinó, para bien y para mal, la faz del México moderno y el carácter del régimen político bajo el cual se gobernó el país durante el siglo XX. La revolución produjo también el documento fundacional de ese régimen: la Constitución Mexicana de 1917.
Por si esa carga simbólica del 2010 no fuese suficiente, ese año marcaba también el Bicentenario del comienzo de la Guerra de Independencia que puso fin a la dominación de la Corona española sobre la Nueva España y dio origen a la nación mexicana independiente.
Si bien las autoridades gubernamentales y el pueblo de México se preparaban para conmemorar y celebrar esas memorables efemérides, no podía decirse que la atmósfera pública fuese particularmente celebratoria. La conjunción del agravamiento de la inseguridad pública con la insatisfacción con el desempeño de las instituciones políticas y la persistente crisis económica, no contribuía a generar un sentimiento optimista y esperanzador en la población. En el año 2010, únicamente un 27 por ciento de la población afirmaba estar satisfecho con la democracia, ubicando a México en el último lugar de los 18 medidos en la encuesta Latinobarómetro (Corporación Latinobarómetro, 2010).
A principios del 2010, el pesimismo generalizado respecto a la situación económica reflejaba el declive sufrido por el país en los dos años anteriores. De acuerdo con cifras del INEGI, mientras en el 2008 la economía creció un magro 1,3 por ciento, en el 2009 se contrajo en un 6,5 por ciento, la peor contracción anual registrada desde que se tiene esta medida estadística. De hecho, de acuerdo con el Latin American Weekly Report (LAWR, 25/2/2010), la recesión del 2009 fue 10 por ciento peor que la que se registró en la crisis de 1995.
El impacto de la crisis sobre los grupos más vulnerables fue particularmente doloroso. En marzo del 2010 una investigación realizada por el Tecnológico de Monterrey reportaba que la recesión que dio inicio en el 2008 había empujado a 8 millones de mexicanos más por debajo de la línea de la pobreza, lo cual significaba que el número de pobres alcanzaba aproximadamente 53 millones de personas (LAWR, 11/3/2010).
Motivos adicionales de preocupación no escaseaban. A fines del 2009 la economía mexicana sufría de una creciente presión inflacionaria, y un muy débil ritmo de creación de empleo. Además, las remesas de los mexicanos en los Estados Unidos decrecían desde el 2008. Todo ello generaba entre los hombres y mujeres de negocio y entre los inversionistas potenciales bajos niveles de confianza en alcanzar sus metas de crecimiento en el 2010.1