Por qué el ejército se puso en contra del presidente democrático Yrigoyen en 1930 si era aliado de él en la 1° presidencia?
Respuestas
Analizar los elementos que hacen a la crisis argentina de 1930 es una tarea no sólo interesante sino también desafiante. Sus consecuencias impregnan todavía a la historia argentina porque allí empezaron los golpes militares que siguieron a lo largo de todo el siglo XX, tiñéndolo de penurias de todo tipo.
Pensar en estos hechos es importante para tomar conciencia. No importa que hayan sido en el pasado, porque se proyectan hacia el presente y su interpretación afectara nuestro futuro. Es más, tenerlo allí, nos despoja de las afectaciones propias del momento y su distancia nos permite analizarlos con otra visión.
La toma de conciencia puede conducirnos a ejecutar determinadas acciones que contribuyan para el bien o para el mal del país.
Pero antes, necesitamos saber el por qué. No pensemos en cualquier golpe o en todos los golpes, ni en cualquier revolución cívico-militar que apoyo la instalación de un gobierno de facto. Empecemos analizando el primer golpe militar de la historia de la República Argentina.
También tuvo importancia decisiva el proceso que se gestó en el Ejército. Constituyó en sí mismo una fuente opositora especial. Toda oposición puede crear problemas, pero si esa oposición además cuenta con armas para defenderse y para atacar, los problemas pueden ser mayores, incluso marcar un hito histórico.
"Los acontecimientos del 6 de septiembre de 1930 señalaron el fin de una era en la Argentina moderna. Ese fatídico sábado, el movimiento de un reducido número de fuerzas militares argentinos en las de Buenos Aires derribó el segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen y puso fin al experimento con un gobierno elegido por el pueblo iniciado catorce años antes con su primer ascenso a la presidencia. Pero en ese día de invierno, no sólo concluyó un experimento. Terminó también una sucesión ininterrumpida de presidentes constitucionales que había durado casi setenta años; y se desechó la tradición de abstención militar en el campo político que había durado veinticinco años"[12].
La participación del ejército en política, rompió una tradición del ejército argentino, que hasta ese momento se había caracterizado por el profesionalismo y su carácter despolitizado. La participación que era impensable, se hizo unos necesaria y para otros indispensable, aunque el paso de la historia, terminó por mostrarla inconveniente.
Alrededor de principios de siglo hubo reformas que modificaron profundamente la organización militar. La mayoría se hicieron durante el segundo gobierno de Julio Argentino Roca (militar, jefe del Partido Autonomista Nacional, dos veces presidente; 1894-1904), porque la posibilidad de una guerra con Chile había creado una atmósfera propicia.
Se introdujo el servicio militar obligatorio, toda una instauración militar y social, puesto que permitió la educación disciplinaria, el control sanitario y el servicio obligatorio a la patria.