Respuestas
Respuesta:
Para comenzar a hablar de teatro argentino debemos remontarnos a la época colonial, en la que las artes escénicas estaban dirigidas exclusivamente a las clases altas. Hasta 1757 no hubo edificio teatral estable y toda actividad de este tipo estaba relacionada a lo religioso (vinculado a lo jesuítico) o a lo político, con celebraciones de la índole de la realeza. De 1757 a 1761 funcionó el Teatro de Operas y Comedias, dirigido por Pedro Aguiar y Domingo Sacomano.
Teatro Colonial
Buenos Aires, convertida en capital virreinal, replicaba aquello que sucedía en la corte madrileña, progresista y reformista. Hubo un significativo crecimiento demográfico que permitió una burguesía comercial activa que podía permitirse actividades de ocio. Dichas obras se enmarcan dentro del denominado Teatro Colonial, el cual sería un antecedente del teatro nacional.
Hasta 1884 se mantuvieron las puestas provenientes del continente europeo, ya sea del teatro de la corriente neoclásica, pasando por el Romanticismo y el Iluminismo francés y español, con autores como Lope de Vega o Francisco de Quevedo.
Primera obra teatral criolla
Más adelante en el tiempo se declaró al 30 de noviembre como el Día del teatro Nacional, en homenaje a la fecha en que se inauguró el Teatro de La Ranchería, allá por 1783. Fue una casa de comedias impulsada por el Virrey Vértiz.
Manuel de Lavardén fue quien estrenó allí 1786 la tragedia en verso “Siripo”, que significó la primera obra teatral criolla con tema americano no religioso, de la cual sólo se conserva su segundo acto. Cabe destacar como curiosidad que los papeles de damas eran representados por hombres hasta 1790.
En 1792 el teatro sufrió un incendio por un cohete disparado desde la Iglesia de San Juan Bautista y se perdió todo el material escenográfico y de vestuario.
Teatro post Revolución
De 1810 a 1820, el teatro posterior a la Revolución sufrió algunos cambios: en los textos dramáticos se denostaba la figura del español, se exaltaba el discurso revolucionario y se creaban personajes de figuras militares en obras como “El 25 de mayo o El himno de la libertad” (1812), de Luis Morante.
siripo
("Siripo", de Manuel Lavardén. Fuente: Alternativa Teatral).
No fue hasta 1804 que se inauguró el Coliseo Provisional de Comedias, que, como su nombre lo indica, estaba esperando que su ubicación fuese temporaria. Estaba ubicado frente al Convento de la Merced (hoy Reconquista 269).
En 1813 la Policía tomó posesión del Coliseo y decidió su repertorio. De 1817 a 1818, la denominada Sociedad del Buen Gusto conformada por funcionarios e intelectuales, funcionó como entidad censora de las obras de teatro que allí se representaban, además de la refundición, es decir, de la adaptación de los textos, impulsando ideas revolucionarias. El Coliseo tenía un repertorio de 1700 piezas dramáticas y funcionó hasta 1837.
La Sociedad del Bueno Gusto del Teatro se proponía “promover la mejora de nuestras exhibiciones teatrales, procurando se den obras originales, se traduzcan las mejores extranjeras y se reformen algunas antiguas, para que el teatro sea escuela de las costumbres, vehículo de ilustración y órgano de la política” (El Censor, 31/7/1817).