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08 DE NOVIEMBRE DE 2002 - 09:11
Grabación de cintas
Cuando las tropas aliadas recapturaron la estación de radio Central de Luxemburgo, en 1944, se sorprendieron al descubrir que en lugar de discos, la estación usaba cintas plásticas para reproducir los sonidos. La cinta estaba cubierta de polvo férrico. El sonido se convertía en impulsos eléctricos, y luego pasaba a través de un electroimán o cabeza grabadora, que reacondicionaba el hierro en la cinta de un modo diferente para cada sonido. Después, cuando las partículas pasaban por la cabeza reproductora creaban un esquema eléctrico idéntico, que reproducía el sonido original.
Al cabo de tres años, casi todas las grabaciones se hacían en cintas. Más tarde, se inventó un sistema para que hubiera dos surcos en un disco de modo que pudieran grabarse dos sonidos al mismo tiempo: el cantante en uno, la orquesta en otro; los violines en uno, las trompetas en otro, y así sucesivamente.
De este modo nació el sonido estereofónico.
Ahora, los estudios de grabación usan cintas de más de 20 pistas.
Cómo funcionan las cintas
Primero, el imán de la cabeza borradora ordena en la misma dirección los pequeños cristales de hierro. Luego el imán de la cabeza grabadora los dispone de otra manera para cada sonido.
Cuando los cristales pasan por la cabeza reproductora, provocan variaciones en el campo magnético, que a su vez desvía una corriente eléctrica. La corriente es amplificada y llevada a los parlantes.
Sonidos electrónicos
La reproducción mecánica de la música cuenta con un viejo historial. Mózart escribió piezas para un órgano mecánico. Los sonidos emitidos por el piano eléctrico y por el orquestrión, eran sólo una simple imitación.