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Respuesta:
Hi
Explicación:
Selva Almada, en su reciente novela Chicas muertas (2014) narra la historia de tres chicas que fueron asesinadas en los años ochenta, en una provincia argentina, tres muertes todavía impunes. La narración de ese presente, cuando todavía no existía #NiUnaMenos ni se hablaba de feminicidio, muestra el desorden informativo presentado por la radio, los diarios de los pueblos, las conversaciones de las personas. Almada escribe ese ‘presente’ entre géneros: el policial, la narración realista, dentro de un paisaje social del interior, rural y sórdido, en un ambiente en el que viven estos personajes encerrados y oprimidos. Almada se hunde en un recorrido que escapa a lo meramente literario, entrevista a familiares, recorre lugares, lee expedientes, habla con jueces, reflexiona sobre su género y la violencia ejercida sobre él. A partir de este engranaje discursivo, a la búsqueda de la verdad, como si fuera un thriller, pero sin responder a sus reglas, en este espacio intermedio entre géneros literarios, se desarrolla la historia de las tres chicas muertas, con el telón de fondo del retorno de la democracia. En esta búsqueda de la verdad recurre infructuosamente a diversos sistemas de información, desde videntes a familiares y amigos de las víctimas.