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La discriminación originada por clasismo en todas sus modalidades, impide el desarrollo de la Huasteca, genera discordia y en ocasiones la muerte, advirtió José Barón Larios, representante del ministerio sacerdotal en la Huasteca hidalguense
La discriminación -tipificada ahora como delito- difícilmente se denuncia, lacera la dignidad de mujeres y hombres alentando la impunidad, refirió en charla el sacerdote, sociólogo con maestría en desarrollo rural.
Quien desde la década de 1970 se desempeña en el ministerio sacerdotal en la Huasteca hidalguense, explicó que a lo largo de 75 años de vida se ha cuestionado la posibilidad de que la raza indígena recupere su dignidad, no sólo en el papel o el discurso oficial, que hace más de 500 años le arrebataron en nombre de Dios.
“Hoy, no somos más que grupos diezmados, vencidos, explotados, discriminados y humillados como los que más. Yo mismo, muchas veces, desde niño -más entonces- ¡pero también ahora!, he sentido intensamente, en lo recóndito de mi ser humano, el efecto del agua hirviente de la humillación, consecuencia de la discriminación.”
Desde su percepción explica que quienes humillan al indio y al pobre no siempre son conscientes de lo que hacen. Los prejuicios sociales, de tal manera se han encarnado.
Recuerda que mientras cursó la escuela primaria, a menudo los niños indios tenían que soportar humillaciones de los mestizos. “Tú al último, porque eres indio”.
Recapitula que en una ocasión, por “huarachudo”, en México, no le dejaron celebrar la eucaristía; otra vez, lo pusieron a cargar maletas mientras esperaba a una persona.
Ayer, la invasión de nuestras tierras; la destrucción de nuestra cultura; el despojo de nuestras riquezas; el ultraje a nuestras mujeres; el hierro candente para marcar a nuestros abuelos; el aperreamiento; los azotes; la viruela… y la negación amañada de su dignidad de hombres.
Explica que hoy, a la base, sigue estando una ideología que concibe al indio como inferior, menor de edad, de segunda clase y, en ocasiones, parece que ni clasificación alcanzamos. Vocabulario: ‘compadres’, ‘compadritos’, ‘comadres’, ‘comadritas’, ‘marías’, ‘naturales’, ‘indios’, ‘nacos’, ‘peoncitos’, ‘salvajes’, ‘la indiada’… ‘los que no son de razón’.
Advierte que en sus comunidades sufren venalidad e injusticia de políticos, líderes, comerciantes e intermediarios; explotación, discriminación, desprecio y pobreza máxima son sus compañeras. El desprecio a nuestra cultura y a todo lo nuestro.
Establece que el artículo 2 de la Constitución General contiene muchas cosas buenas en nuestro favor, varios estados han legislado a favor de las comunidades indígenas y otros lo harán, sin duda, pero hay ¡tantas leyes bonitas que nunca se hicieron realidad a favor del pobre!
Expuso que al interior de la Iglesia las cosas no van mucho mejor, porque los “indios” no podían ser ordenados sacerdotes y menos jerarcas. Hoy hay indios sacerdotes pero siento que en al seno de la Iglesia se han colado las clases sociales que no inventó Marx, pues ya existían.
“¿Podremos, algún día, los descendientes de los primeros pobladores de estas tierras, invocar a Dios a nuestro modo, sin que nos hagamos sospechosos de brujería y superstición? ¿Llegarán a ser algo más que folklore, dialecto, artesanías, superstición, salvajismo, ignorancia y tozudez?”, cuestionó
Explicación:
puedes sacar un resumen de eso por que es mucho, dame coronita please :((