Respuestas
Respuesta:
Ahí van dos
Explicación:
El diablo visita Juárez y baila swing
Cuentan que mientras bailaba al ritmo de swing, aquella hermosa mujer que apenas rondaba los 18 años percibía la envidia de todas las demás ahí presentes y se sentía halagada y orgullosa. Los giros que daba en los brazos del apuesto y elegante caballero que la había elegido como pareja entre todas la hacían sentirse como toda una reina.
Horas antes Martha, al no tener el permiso de sus padres, se había escapado de su casa para ir a bailar.
El ser elegida por el más apuesto de aquel salón de baile llamado El Carrousel le hizo olvidarse de la reprimenda que le darían al volver a su hogar y sólo pensaba en ella y en sus sueños hechos realidad con su príncipe azul.
De pronto su nariz olfateó un fuerte olor a azufre, similar al del huevo podrido y sus ojos apreciaron una nube de humo que se formaba a su alrededor, al tiempo que otras parejas que bailaban a su lado empezaron a alejarse rápidamente.
“Al voltear a ver a su pareja se dio cuenta de que en vez de pies tenía una pata de chivo y otra de gallo. Antes de poder exclamar alguna palabra o de intentar correr perdió el sentido y cayó al suelo con la espalda rasguñada… había bailado toda la noche con el diablo”.
Es el relato que Don Manuel ha transmitido a sus hijos cada vez que pasa por Paseo Triunfo de la República y Francisco Márquez, donde actualmente todavía operan varios antros. Cuentos como éste persisten en la historia de Juárez, como parte del folclor, y no dejan de causar escalofrío a quienes lo escuchan.
Espectros de la Revolución
Aaltas horas de la madrugada, cuando los habitantes de la colonia El Barreal se encontraban ya dormidos, aquel velador de un restaurante de la avenida Insurgentes se disponía a tomar una taza de café cuando, de reojo, alcanzó a percibir que varios hombres furiosos se abalanzaron sobre él.
La luz se fue en ese momento, escuchó gritos y objetos estrellándose contra el piso para después ser invadido por el temor y el frío.
Recibió un golpe en la espalda y pensó que lo derribarían en el interior del comercio que cuidaba y que todas las pertenencias del lugar serían robadas, lo que lo hizo reaccionar y voltear de frente sólo para encontrar que no había nada.
Instantes después la electricidad regresó y envalentonado decidió revisar el negocio sin encontrar nada anormal, ni un plato roto.
En la mañana, al contarle a sus conocidos su experiencia, se encontró con historias similares ocurridas en distintas fechas, pero en el mismo sector.
Los relatos tenían como escenario el viejo edificio del Canal 5, la preparatoria Allende y hasta el hotel que alguna vez fue el Gran Tívoli, ubicado sobre la avenida Lerdo.
Antes de fallecer, don Felipe Talavera, historiador y cronista de la ciudad, explicaba que esos lugares fueron escenarios violentos donde mucha gente perdió la vida durante la Toma de Ciudad Juárez en 1911, en plena Revolución.
En la Insurgentes y Perú se ubicó una trinchera donde muchos soldados federales pelearon hasta el último instante y perecieron bajo la metralla de los villistas, mientras que en el lugar donde se encontraba el canal de televisión hubo numerosos fusilamientos.
Al paso del tiempo los moradores del sector olvidaron los hechos sangrientos que ocurrieron ahí, pero las leyendas de aparecidos se multiplicaron.