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En el supermercado siempre ha habido una primera vez. Cada década, y cada sector, ha tenido su pequeña o gran revolución. En los años 80, en la sección de higiene personal, Sanex cambió por completo el consumo de pastillas de jabón cuando lanzó los primeros geles de ducha. Su campaña decía «Si quieres piel limpia usa jabón. Si quieres piel limpia y sana, usa Sanex».En los 90 fue H&S la marca que innovó al presentar el primer champú anticaspa, que todavía hoy sigue siendo el más vendido. En los pasillos de la sección de alimentación, las primeras pizzas congeladas también supusieron una auténtica revolución. Llevaron las trattorias italianas a los hogares españoles.Gillette, con sus cuchillas de afeitar, hizo lo propio con las barberías, mientras que el lanzamiento de los primeros yogures de sabores revolucionó el consumo de estos lácteos, pues hasta entonces la hegemonía la tenía el clásico y omnipresente natural.Las baldas de los supermercados son un trozo de nuestra historia, de lo que ha ocurrido en los laboratorios de investigación de las marcas en las últimas décadas. «En los súper tenemos muchos ejemplos de innovación. Sus lineales están llenos de grandes inventos que han cambiado nuestros hábitos de consumo y han mejorado nuestra vida», explican fuentes del sector.Desde que las grandes superficies destronaron a las modestas tiendas de ultramarinos, las empresas y marcas que fabrican productos de gran consumo viven en una constante pugna por ofrecer productos nuevos y sorprendentes al consumidor.