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Respuesta:
El pequeño Hans tenía muchísimos amigos, pero el más fiel de todos era el grandote Hugo el Molinero. ... Hans asentía y sonreía, muy orgulloso de tener un amigo con tan nobles ideas. A los vecinos les extrañaba que el rico Molinero nunca diera al pequeño Hans nada a cambio. espero que te ayude.
Respuesta:
Pero cual es la lectura para ayudarte, podrías poner una foto al menos?
Pues busque algo parecido y creo que es esta historia
Autor: Oscar Wilde
Edades: A partir de 6 años
Valores: sacrificio, egoísmo, amistad, avaricia
El amigo fiel : Una mañana, la vieja Rata de Agua sacó la cabeza fuera de su madriguera. Los patitos nadaban en el estanque mientras su madre trataba de enseñarles a mantener la cabeza bajo el agua.
-Nunca podréis codearos con la alta sociedad, a menos que aprendáis a manteneros bajo el agua -les repetía mientras les mostraba cómo se hacía.
Pero los patitos no prestaban atención. Eran tan pequeños que no entendían las ventajas de pertenecer a la sociedad.
-¡Qué chiquillos más desobedientes! -gritó la vieja Rata de Agua-. Realmente merecen ser ahogados.
“Los amigos verdaderos deberían compartir todas las cosas”, solía decir el Molinero. Hans asentía y sonreía, muy orgulloso de tener un amigo con tan nobles ideas. A los vecinos les extrañaba que el rico Molinero nunca diera al pequeño Hans nada a cambio. Pero a Hans nunca se le pasaban por la cabeza estos pensamientos y nada le daba tanta satisfacción como escuchar las maravillosas cosas que el Molinero solía decir sobre la falta de egoísmo y la verdadera amistad.
El pequeño Hans trabajaba en su jardín. Durante la primavera, el verano y el otoño era muy feliz; pero llegaba el invierno y se encontraba con que no tenía ni fruta, ni flores que llevar al mercado, y sufría mucho por el frío y por el hambre. En ocasiones tenía que irse a la cama sin más cena que unas cuantas peras secas o algunas nueces duras. Además, nadie iba a verlo, ni siquiera su amigo el Molinero.
Un año, tan pronto como acabó el invierno, el Molinero le dijo a su mujer que iba a bajar a ver al pequeño Hans. El Molinero preguntó a Hans qué tal había pasado el invierno. Hans contestó: “Eres muy amable al preguntármelo. Te diré que lo he pasado bastante mal, pero ya ha llegado la primavera y estoy muy contento, y todas mis flores están hechas una maravilla”.
El Molinero exclamó: “¡Un tablón! Pues eso es lo que necesito para arreglar el tejado del granero, que tiene un agujero muy grande. ¡Es una suerte que me lo hayas dicho! Es sorprendente ver cómo una buena acción siempre genera otra. Yo te he regalado mi carretilla y ahora tú me vas a dar una tabla”.
Hans fue a por la tabla. Tras tenerla en su poder, dijo el Molinero: “No es una tabla muy grande. Me temo que, después de que haya arreglado el granero, no sobrará nada para que arregles la carretilla. Claro que eso no es culpa mía. Bueno, y ahora que te he regalado la carretilla, estoy seguro de que te gustaría darme a cambio algunas flores. Aquí tienes la cesta, y procura llenarla hasta arriba”.
Hans dijo, muy afligido: “¿Hasta arriba?”. Hans sabía que si llenaba esa enorme cesta no le quedarían flores para llevar al mercado y necesitaba el dinero para recuperar sus pertenencias.
El Molinero le puso una de sus famosas excusas y Hans se conformó. Se abrigó y se puso en camino bajo la tormenta. Cuando llegó a casa del médico llamó a la puerta y le contó lo que pasaba: “El hijo del Molinero se ha caído de una escalera, y está herido, y el Molinero dice que vaya usted enseguida”.
El médico cogió su caballo y su farol y se marchó. Hans le siguió con dificultad. Al cabo de un rato se perdió y se cayó por un agujero. Al día siguiente lo encontraron muerto unos cabreros.
Todo el mundo fue al funeral del pequeño Hans, porque era una persona muy conocida. Y allí estaba el Molinero, presidiendo el duelo, pensando que era su derecho, al ser su mejor amigo. Y se puso a la cabeza del cortejo fúnebre envuelto en una capa negra muy larga y, de vez en cuando, se limpiaba los ojos con un gran pañuelo.
Acabado el funeral, se reunieron los asistentes en la taberna para tomar algo. El herrero dijo: “Ha sido una gran pérdida para todos nosotros”. A lo que el Molinero replicó: “Una gran pérdida, al menos para mí, porque resulta que le había hecho el favor de regalarle mi carretilla, y ahora no sé qué hacer con ella. En casa me estorba y está en tan mal estado, que no creo que me den nada por ella. Pero, de ahora en adelante, tendré mucho cuidado en no volver a regalar nada. Hace uno un favor y mira cómo te lo pagan”.
Pues si es esta la lectura entonces la respuesta a tu pregunta seria esta:
La actitud de Hanz con el molinero era de amistad y confianza debido a que el molinero era muy leal con el y Hanz se sentía orgulloso de tener un amigo asi.
PD: No pude poner todo el cuento debido al limite de caracteres pero si alguien mas quiere responder esta pregunta el cuento se llama "EL AMIGO FIEL"