• Asignatura: Historia
  • Autor: yuli3659
  • hace 5 años

la herencia de las civilizaciones antiguas
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Respuesta dada por: rahianmagallanessanc
6

Respuesta:

hasta encontrar a un hombre vivo que

sería el heredero legítimo. Entre los

romanos, ya en tiempo de Justiniano,

estas leyes eran consideradas inicuas y

excesivamente rigurosas, aún cuando

hemos de señalar que eran lógicas en

extremo en cuanto que representaban

el principio de que la herencia estaba

... el hombre de las

antiguas edades...

llegó de un solo golpe

y por virtud única de

sus creencias, a

la concepción del

derecho de

propiedad, de ese

derecho que hace

surgir toda

civilización...

LA HERENCIA EN EL MUNDO ANTIGÜO...

26 NÚMERO 28 . DICIEMBRE 2003 27

asociada indefectiblemente al culto religioso, y eran estos principios y no los

jurídicos propiamente dichos, los que

normaban esa herencia.

Es por ello que el derecho de testar,

es decir de disponer de los bienes tras

la muerte para transferirlos a otro que

no fuera el heredero natural, estaba en

oposición con las creencias religiosas de

la antigüedad, que eran el fundamento

del derecho de propiedad y del derecho

de sucesión en aquel entonces. Siendo

la propiedad inherente al culto y siendo

éste hereditario, no era lógico pensar

que se pudiese formular testamento

que contrariara esos principios, pues la

propiedad no era del individuo sino de

la familia, ya que no se había adquirido

con el derecho del trabajo, sino por el

culto doméstico. La voluntad del muerto

no era la que determinaba el destino del

patrimonio, sino las reglas superiores

que la religión había establecido. Es por

ello que el antiguo derecho desconocía

el testamento y el derecho ateniense lo

prohibió hasta Solón y aún éste, sólo lo

permitió para quienes no dejaban hijos.

En Esparta era totalmente desconocido

el testamento, hasta después de la guerra

del Peloponeso. Y Corinto y Tebas

estaban en igual circunstancia. Platón

describe claramente esta circunstancia

en su Tratado de las Leyes cuando narra

que un hombre en su lecho de muerte

pide la facultad de hacer testamento

exclamando:

“Oh dioses! ¿No es fuerte cosa que no

pueda disponer de mis bienes como yo

quiera y en beneficio de quien me agrade,

dejando a éste más, menos a aquél, según

la adhesión que me han mostrado? Contestándole el legislador: “Tú, que no puedes

prometerte más de un día; tú que no haces

mas que pasar por aquí, ¿está bien que

decidas en tales cuestiones? No eres dueño

de tus bienes ni de ti mismo, tú y tus bienes,

todo ello pertenece a tu familia, es decir, a

tus antepasados y a tu posteridad”.

La facultad de testar no estaba, pues,

plenamente reconocida al hombre, ni

podía estarlo en tanto que esta sociedad

permaneciese bajo el imperio de la antigua religión. En las creencias de aquellas antiguas edades, el hombre vivo

sólo era el representante, por algunos

años, de un ser constante e inmortal: la

familia. Sólo en depósito tenía el culto

y la propiedad; su derecho sobre ellos

cesaba con su vid

Explicación:


yuli3659: ya gracias pero la acabe ayer
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