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1. Terminar cosas pendientes en casa
Puede que acometer esas labores domésticas que llevamos meses postergando no sea lo más divertido del mundo. Pero todo es ponerse a ello, ya hablemos de un armario desordenado, de una habitación que viene necesitando una mano de pintura o de cualquier otra tarea atrasada. Además de agradecerlo el día de mañana y de evadirnos de lo que sucede en el exterior, supone un beneficioso ejemplo para animar a los niños a hacer lo mismo con sus juguetes y otras pertenencias.
2. Enseñar a nuestros hijos a colaborar con las tareas del hogar
Pero, ¿por qué quedarnos en algo puntual y no aprovechar para enseñar a nuestros hijos a encargarse de otras acciones cotidianas? Aunque al principio les cueste, el secreto está en la práctica y para ello, durante estas semanas, tendrán tiempo de sobra. Empecemos por retos sencillos, como los relativos a su higiene personal o a mantener su espacio vital limpio y organizado. Seguro que antes de lo que pensamos, son capaces de hacerlo sin ayuda.
3. Cocinar alguna receta nueva
Entre las iniciativas más entretenidas y didácticas al alcance de cualquier familia se encuentra, sin duda, cocinar con los niños. Existen infinidad de elaboraciones con una dificultad adaptable a su edad y destreza, a través de las que enseñarles a alimentarse de manera saludable.
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espero que te ayude