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Respuesta:
Érase una vez un país remoto donde la gente perdía las palabras.
Inesperadamente, los hombres y las mujeres de aquella tierra -jóvenes y viejos- habían empezado a perder las palabras.
Una detrás de otra, como quien pierde los cabellos.
Nadie sabía determinar las causas por las cuales aquella gente había empezado a ignorar los nombres de las cosas, y muchos no sabían de qué manera podían designar a los pájaros, a los árboles, a las montañas y al mar.
Las palabras perdidas permanecían con frecuencia en el suelo, por las calles y las plazas.
No era difícil ver aquel suceso. De pronto, una palabra surgía de un bolsillo, colgaba de un sombrero, caía del interior de un capazo... Se precipitaba al suelo y rodaba sobre el pavimento como si fuera una bola.
Espero a verles ayudado :3