¿será verdad que el individualismo posmoderno nos hace solitarios, nos deshumaniza y nos lleva a cosificar a los otros?

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Respuesta dada por: pg694575
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El individualismo ha vuelto, dice Lipovetsky

El filósofo francés inaugura un seminario sobre la posmodernidad

Somos más individuos que nunca, piensa Gilles Lipovetsky, aunque debemos pagar un precio por esa mayor autonomía: la mitad de los parisienses viven solos, los suicidios aumentan, los viejos tienen miedo de sobrar. Lipovetsky, profesor de filosofía en Grenoble y autor de La edad del vacío (Anagrama), inauguró ayer el seminario sobre Individualismo y posmodernidad, organizado por el Banco de Bilbao en Madrid. "Antes había más determinismos", dice; "ahora no han desaparecido, pero ya no son absolutos; ahora los ordenamos un poco a nuestro gusto".

Vestido con zapatillas de deporte, jersei con anagrama, gafas elegidas, el filósofo mira por la ventana de su hotel la más agobiante de las perspectivas sobre la zona de Cuzco, en Madrid y, sin embargo, no considera que ese paisaje sea particularmente horrible; existe en todas las grandes ciudades. "Las sociedades modernas producen simultáneamente los contrarios", dice, "de forma que con los fenómenos de masa conviven los procesos de personalización".En el seminario organizado por el Banco de Bilbao en Madrid participarán en las próximas semanas Eduardo Subirats, Luis Martín Santos, Vicente Verdú y, en un segundo ciclo, Gianni Vattimo. El objetivo del seminario es, según sus organizadores, "mostrar cómo el individualismo, que ha sufrido frecuentes derrotas teóricas frente a normas socialistas y comunitarias, reaparece continuamente bajo las más diversas formas". Hoy Lipovetsky hablará sobre Mayo de 1968 en el Instituto Francés de Madrid.

Narciso

Lipovetsky niega con vehemencia "la idea simplista del ahogo de la subjetividad" en las sociedades modernas, pues "a más planificación burocrática, más individualización de los comportamientos". Según el filósofo, los ciudadanos de las sociedades avanzadas gozan en su vida privada de un margen de libertad hasta el momento inédito, y basta pensar en las limitaciones de una mujer contemporánea y las de una mujer de hace apenas 30 años. Entre otras cosas, los modelos a seguir se han multiplicado. "Antes había más determinismos", dice; "ahora no han desaparecido, pero los condicionantes ya no son absolutos, ahora los ordenamos un poco a nuestro gusto".El filósofo ha escrito que el símbolo de nuestro tiempo es Narciso, como de otras épocas lo fueron Fausto o Prometeo (La edad del vacío, página 49). Así, Narciso es el fin del hombre moderno o político, y el nacimiento del hombre psicológico o volcado en sí mismo, "al acecho de su ser y su bienestar".

"Ese narcisismo individualista", dice Lipovetsky, "no es sinónimo de irresponsabilidad: estamos obsesionados por ser más, pero al tiempo queremos integrarnos en la sociedad y trabajar". El autor explica en su libro que ese ser más ya no tiene que ver con el hombre voluntarioso de Nietzsche, ni con el hombre moderno que intenta cambiar el mundo, sino que define el ansia de realización personal; Narciso contribuye a definir la posmodernidad, "el agotamiento de la ruptura".

Mas de nuevo la paradoja: "Somos más autónomos, pero eso tiene un precio"; la mitad de los habitantes de París viven solos, los divorcios no dejan de aumentar y los más jóvenes ya no soportan convivir con los mayores. El año pasado hubo en Francia 12.000 suicidios, una cifra de muertos superior a la causada por los accidentes de circulación. "Somos más autónomos, pero también más frágiles".

Lipovetsky cree que al hombre no le va a quedar más remedio que reencontrar formas de sociabilidad, que de ninguna forma volverán a ser las de antes. "La vida es más complicada. Durante milenios el hombre ha llevado una vida dura, pero sabía a qué atenerse. Hoy tenemos que escoger, y eso es difícil".

Respuesta dada por: Concas
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Si, ya que es en base a un individuo, sin preocuparse por nadie más que por él mismo.

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