Subraya con rojo los adverbios, con negro las
verbos y con verde las conjunciones en este
fragmento:
“…En el Camino de Dios se quedó el
Chihuila, atejonado detrás de un madroño, con
la cobija envuelta en el pescuezo como si se
estuviera defendiendo del frío. Se nos quedó
mirando cuando nos íbamos cada quien por su
lado para repartirnos la muerte.
Y él parecía estarse riendo de
nosotros, con sus dientes pelones,
colorados de sangre. “Aquella
desparramada que nos dimos fue
buena para muchos; pero a otros les
fue mal. Era raro que no viéramos
colgados de los pies a alguno de los
nuestros en cualquier palo de algún
camino.
Allí duraban hasta que se
hacían viejos y se arriscaban
como pellejos sin curtir. Los
zopilotes se los comían por
dentro, sacándoles las tripas,
hasta dejar la pura cáscara.
Y como los colgaban alto, allá
estaban campaneándose al soplo del
aire muchos días, a veces meses, a
veces ya nada más las puras tilangas
de los pantalones bulléndose con el
viento como si alguien las hubiera
puesto a secar allí. Y uno sentía que
la cosa ahora sí iba de veras al ver
aquello.
“Algunos ganamos para el Cerro
Grande y arrastrándonos como
víboras pasábamos el tiempo
mirando hacia el Llano, hacia
aquella tierra de allá abajo donde
habíamos nacido y vivido y donde
ahora nos estaban aguardando para
matarnos. A veces hasta nos
asustaba la sombra de las nubes…”
Respuestas
Respuesta dada por:
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Respuesta:
o sea es dice matarnos a veces hasta nos asustamos a la sombra de la
Explicación:
libérame coronita
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