quien me puede ayudar a hacer un cuento no menos de 40 lineas tomando en cuenta que debe tener un inicio un desarrollo y un nudo y un desenlace.... porfavor ayúdenme yo le paso mi número si quieren para que nos comuniquemos mejor
Respuestas
Este lo escribi yo, soy escritor. Quise enviarte uno mas largo, pero, lastimosamente, no entraba en esta plataforma de respuestas. Espero que te sirva, sino, me avisas si necesitas algo diferente, puede que lo tenga entre lo que he escrito.
El hombre que crucificaba sus espasmos nasales
Por: Antonio Campoverde
Gracias, necesitaba conversar con alguien. Esta es una cápsula temporal, escrita específicamente
para conversar contigo a lo largo del tiempo. Como las hojas de cuaderno en los salones de clases,
que guardan instantes en forma de huellas. Seguro que esas hojas observan, angustiosas, debajo de
las faldas de las chiquillas, mientras ellas y ellos las llenan de instantes sucios.
Quiero vivir durante toda la tierra. Hoy precisamente, es el instante 28 años, cinco meses, dieciséis
horas.
No te veo, pero me da igual, lo importante es que estamos aquí en cualquier parte del Universo y en
cualquier parte del tiempo. En París o en Roma, en Ecuador o en una de las bibliotecas
universitarias de Marte. Yo, por el momento, estoy en la quinta de la calle Zoilo Rodríguez, en Loja.
Ejerciendo el misterioso oficio de engendrar un encuentro distante, en diferentes tiempos y en un
presente infinito.
Estoy exaltado. Siempre me emocionan los ejercicios retrospectivos. Me gusta la idea de compartir
contigo ese lugar que es íntimo para ti: tu casa, tu cuarto, tu computador, hasta el espacio que usan
tus dos zapatos en las calles y en todos los lugares públicos.
Hagamos un experimento visual: Tomamos por el filo una hoja de papel y la miramos a través de un
microscopio. Tendrás todas las fibras, cruzadas como un inmenso muro de troncos blancos.
Tomamos un aparato de los que sirven para cortar troncos como estos, y cortamos uno por uno,
hasta talar toda la hoja. Nos quedan dos caras con un corte casi perfecto. Yo te veo sosteniendo una
hoja de papel en una mano, y en la otra una motosierra. Sin atinarle. No lo hagas, para qué arriesgar
las manos.
¿Te has soñado oliendo las estrellas, el Sol, la Ingle de Orión, la Vía Láctea?
Vemos ahora una mesa de madera delante de un fondo verde. Un dragón rojo se acerca flotando y la
tritura con los dientes. Tú eres el dragón, siéntete como si estuvieras dentro de tu propia boca. Mira
desde adentro el instante cuando la mesa entra y las patas se clavan en tus encías, cuando tu boca
se cierra y adentro oscurece. Sientes la explosión de la madera y las astillas brincan por todo lado,
algunas te caen en la cabeza y otras en las manos, porque tú sigues adentro. Si quieres ver cómo
quedó la mesa, solo tienes que meterte los dedos a la boca y sacar los pedazos que puedas. Todo
el mundo tiene la sensación de ver la mesa de la misma forma que se ve un trozo de pan masticado
y ensalivado.
Tengo una duda:
¿Cuál de los dos es el personaje? Dirás que yo, porque no me tienes al frente o porque estoy
muerto. Yo tampoco te veo, sin embargo, conversamos. Somos dos habitantes de un universo
paralelo, unidos en el mismo instante entre dos tiempos diferentes.
Esta telepatía intemporal me coloca en tu cerebro como si fuera un parásito. Imagíname como un
blancuzco gusano blanco en tu cavidad craneal. Soy tu cerebro en forma de un gusano regordete
que espera salir inmediatamente. Mis pelos urticales te producen las más variadas y deliciosas
sensaciones óseas.
Me muevo un poco, para acomodarme a tu posición. Quiero meterme a través de tu foramen
magnum hasta la garganta, donde tendré la difícil decisión de invadir tu esófago o salir por la boca.
Elijo salir. Siento tus dientes entre cada una de mis acuosas ampollas ambulantes. Con mis pelos
voy acariciándote por dentro. Y puedes ver cómo salgo lentamente por tu boca. Mis patas pasan por
encima de tu lengua. Me estiro y me encojo para ir ganando espacio. Es imprescindible sentir el rose
de mis pelos en tus labios, y mis patas saliendo por tu boca. Palidecerás cuando veas mi puntuda
cola agitándose de un lado a otro, como si fuera a clavarse en algún sitio de la garganta; como si
buscara el sitio ideal para clavarte mi urogonfo. Como si el hecho de acariciarte con mi cornículo,
fuera peor que tener agusanado el cerebro.