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La campaña publicitaria y de mercado de Nintendo fue tan lamentable que 1 mes antes de su salida todavía no se sabía si la Wii U iba a ser una nueva consola o una simple extensión de la Wii.
Ese fue el principal error de Nintendo. Dicho en las palabras de su propio presidente, nunca se pudo lograr que el público diferenciara la Wii de la Wii U.
En relación a la estrategia de mercado, la planificación de lanzamientos sufrió tantos desfasajes de calendario que ningún gamer se vio motivado a comprar la consola.
Por poner un ejemplo, títulos tan importantes como Super Mario 3D y Pikmin 3 demoraron casi un año en salir a la venta, y para cuando vieron la luz PS4 y Xbox One ya estaban a pocos meses de salir. ¿Quién compra una consola sin juegos?
Las pocas ventas obtenidas por Wii U empezaron a sembrar dudas en los principales desarrolladores de videojuegos, un caso claro es el de Ubisoft y Rayman Legends.
Rayman Legends (una obra maestra de la plataforma) había sido anunciado como título exclusivo para Wii U con fecha de salida en febrero del 2013. La mala performance de la consola en sus primeros meses de ventas obligaron a Ubisoft a postergar el lanzamiento para mitad de año, y luego para setiembre.
Al final Nintendo terminó perdiendo la exclusividad frente Xbox y PlayStation, una decisión de Ubisoft que no cayó nada bien en las recaudaciones de la Gran N.