¿Por qué le interesaba al gobierno argentino que los supermercados y cadenas de electrodomésticos congelan los precios? Explica
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Explicación:
Los sindicatos argentinos inician a partir de este mes las negociaciones de sus convenios salariales. El Gobierno asumió en 2012 una inflación del 10,8%. Pero esa es una cifra en la que casi nadie cree. Así que el propio Gobierno promueve unos aumentos de solo el 20% respecto al año anterior. Los sindicatos, sin embargo, aspiran a ganar más del 25% para no quedarse por debajo de la inflación. Y en medio de ese tira y afloja el Gobierno anunció el lunes un acuerdo mediante el cual las principales cadenas de supermercados se comprometen a congelar los precios de todos sus productos desde el 1 de febrero al 1 de abril en más de mil establecimientos. Al día siguiente, las grandes cadenas de electrodomésticos del país como Falabella, Rodó, Frávega, Garbarino y Musimundo, se comprometieron también a mantener durante 60 días los precios que se fijaron el 1 de febrero.
El objetivo evidente es frenar la inflación, al menos durante las negociaciones salariales. Sin embargo, uno de los sindicalistas más poderosos del país, Hugo Moyano, líder de los camioneros, advirtió de que no renunciará a una subida del 25%. Moyano dijo que la medida solo pretende “poner un techo” a las negociaciones salariales y augura que después de esos dos meses los precios “van a aumentar el doble”.
De momento, el gran desafío del Gobierno es conseguir que el acuerdo se cumpla. Para ello, desde la Secretaría de Comercio se ofrece un número de teléfono para que los consumidores denuncien cualquier subida de precios. “Es importante que las personas guarden sus tickets de compra”, declaró a Página 12 la subsecretaria de Defensa del Consumidor, María Lucila Pimpi Colombo.
La presidenta, Cristina Fernández, ya hizo un llamamiento a los consumidores durante un discurso pronunciado el 25 de enero para que ayuden al Gobierno a combatir la subida de precios. “Hay que comenzar a manejar nuestro poder de usuarios y consumidores. Yo no voy a emplear la palabra boicot porque se armó un lío bárbaro cuando Néstor le hizo boicot a una empresa. Digamos… Hacerle el vacío. Para que se den cuenta”.
Paradójicamente, en ese discurso de hace solo dos semanas, Fernández mostró su desconfianza respecto a la imposición de precios a las empresas por parte del Gobierno. “Porque... ¿sabés qué? Si no te defendés vos no te defiende nadie. Además, está demostrado por el paso de la historia que obligar, acordar… Esas cosas no sirven. Es el propio usuario y consumidor el que tiene que hacer valer sus derechos. ¿Me querés cobrar esto? No te lo compro, guardátelo y comételo vos”, aconsejó la presidenta.
Entre los empresarios que acataron el acuerdo hay quienes expresan su recelo ante la medida. “La suerte de este congelamiento se va a jugar con la industria. Porque si no aseguran el abastecimiento, lo que va a pasar es que nos van a mandar las listas de precios con un aumento, nosotros nos vamos a negar a tomarlo y la consecuencia directa va a ser el faltante de producto”, reconoció ayer al diario La Nación el directivo de una cadena bajo la condición del anonimato.
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