A que se refiere Cohen al decir "los resultados de la deliberación son democráticamente legítimos si y sólo si son el resultado de un acuerdo libre y razonado entre iguales"?
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Explicación: El renacimiento del republicanismo a finales de los sesenta y principios de los setenta de la mano de historiadores y politólogos incómodos ante las perspectivas liberales (Ovejero, Martí y Gargarella, 2004), los reiterados diagnósticos sobre la desafección pública y el cinismo con el que los ciudadanos se toman los asuntos públicos (Putnam, 1993), así como el impulso tanto público como privado de formas de participación política con un importante calado deliberativo y participativo1 (Bohman, 1998), han planteado un importante debate acerca de la recuperación de la ciudadanía activa y de la idea del papel del Estado en esa recuperación (Copp, Hampton y Roemer, 1993). Estas iniciativas se enfrentan con una forma de entender la política diseñada para no intervenir sobre la naturaleza de los deseos y razones individuales en la que la igual representación de las preferencias es, de suyo, aval suficiente para la justificación de los resultados (Bohman y Rehg, 1997). Es decir, un modelo de democracia cuya justificación se mide apelando a la justicia del procedimiento y no a las razones, opiniones o resultados de la decisión (Cohen, 1996).
En este trabajo nos centraremos en uno de los conceptos que más importancia ha adquirido en este debate: la deliberación. Ésta se presenta como una forma de implicación ciudadana en los asuntos públicos, la cual apela a los aspectos cualitativos (razonabilidad, discusión, etcétera) y no cuantitativos de la participación política. De igual manera, surge como defensa de un conjunto de ideales, muchos de ellos coincidentes con los del republicanismo, que buscan recuperar una ciudadanía más activa y vinculada. Sin embargo, la recuperación de la idea de deliberación ha tenido que enfrentarse a un conjunto relevante de críticas. Muchas de ellas han supuesto un verdadero reto para los defensores de esta forma de participación, pues ponen de relieve los aspectos más débiles de esta propuesta participativa.
Este trabajo está organizado con un objetivo general: sistematizar los debates teóricos surgidos en torno a las posibilidades políticas de la deliberación. Tratamos, así, de clarificar las principales críticas y réplicas surgidas en torno a esta idea. Con ello perseguimos dos fines concretos. Por una parte, desde un punto de vista práctico, deseamos aportar información acerca de las dificultadas y posibilidades que ofrece esta herramienta participativa. Cada vez son más las instituciones que han puesto en marcha experiencias a partir de este modelo participativo. En este sentido, nuestro trabajo puede servir como una guía práctica sobre las cuestiones más conflictivas y las soluciones más referidas en relación con los problemas y desafíos que supone la puesta en marcha de herramientas políticas deliberativas.
Por otro lado, desde un ángulo más académico, este artículo pretende mostrar los argumentos y las consideraciones que los expertos en la materia han ofrecido de cara a defender o criticar esta forma de implicación política de la ciudadanía. Se trata, pues, de un debate sobre teoría democrática. Nuestra postura será, como se verá a lo largo del artículo, coincidente con la de los defensores de la deliberación. En este sentido, nuestra modesta aportación será, en algunos casos, la ejemplificación de algunos argumentos y, en otros, la aclaración de algunas ideas de cara a hacerlas más claras. Este será el caso, por ejemplo, de la defensa de los criterios ex ante como requisito básico para la deliberación o la influencia del entorno deliberativo en la formación de preferencias de los ciudadanos.
Para cumplir con estos objetivos, organizaremos el presente trabajo de la siguiente forma. En primer lugar, reflexionaremos brevemente acerca de las peculiaridades de la idea contemporánea de deliberación. Esto nos servirá para introducir los fundamentos de la idea de deliberación. Haremos especial mención de los supuestos procedimentales y democráticos de esta forma de participación, los cuales nos serán de gran ayuda para entender tanto las críticas como los apoyos a la idea de deliberación. Una vez concluido este apartado, analizaremos cuatro aspectos del debate en torno a las posibilidades y limitaciones de la democracia deliberativa: la justificación de las decisiones deliberativas, el problema de las preferencias y la deliberación, la cuestión de la institucionalización de los procesos deliberativos y, por último, críticas y contracríticas en torno a la competencia política de los ciudadanos.