Respuestas
Respuesta:
LA MUERTE DE ABRAHAM VALDELOMAR.
A las 2:30 p.m. del 3 de noviembre de 1919 el escritor, poeta y ensayista nacional Abraham Valdelomar, entonces de 31 años, murió. El autor del ‘Caballero Carmelo’ falleció en Ayacucho, pues hasta allí había llegado a caballo desde Huancayo el lunes 27 de octubre a las 4.30 p.m. tras ser elegido diputado por Ica (su tierra natal) para participar en el Congreso Regional del Centro.
Todos los diputados fueron invitados al hotel Bolognesi a una cena de gala. Antes, Valdelomar visitó una farmacia y después necesitó estar solo. Gotardo Almonacid Cisneros, escribe: “Cuando Valdelomar sale del comedor, Pacheco va con él o le sigue los pasos. Nuestro escritor marcha por un paso desconocido, hacia una simple pared que conduce a una escalera a interior de piedra, da un paso en falso y cae al vacío, rompiéndose la columna vertebral contra el pretil de una vieja escalera del tiempo de la colonia y, rebotando cae sobre un montículo de piedra al lado de aquella escalera".
Transcurridas algunas horas, lo encontraran quejumbroso, con la columna vertebral fracturada y dolores insoportables. (…) Abriendo los ojos desmesuradamente, murmuró: ‘Me estoy muriendo’ y exclamó haciendo un último esfuerzo: ‘Dios mío, ¿por qué me llevas tan pronto?, si todavía no he terminado mi trabajo’
Como dice Gotardo Almonacid Cisneros: “La muerte trágica de Valdelomar sirvió para que sus enemigo se ensañaran con él después de muerto, tejiendo una versión tergiversada de los hechos, haciendo correr el rumor malévolo que había muerto encima de una inmundicia".
Es allí cuando nace la otra versión que azoró a la familia de Abraham Valdelomar y a sus huestes. Esta aseguraba que el escritor había muerto luego de caer en un profundo silo u hoyo de excrementos. La teoría caló tanto en muchas personas que hasta el escritor Alberto Hidalgo la secundó, pues lo afirmó en su texto ‘Muertos, Heridos y Contusos’ (editorial América de Madrid, 1920).
El ataúd que llevaba el cadáver de Abraham Valdelomar fue trasladado desde Ayacucho hasta Huancayo en los hombros de 16 cargadores indígenas ayacuchanos. No faltó el adiós de ilustres personalidades, familiares, amigos y discípulos del escritor.
Explicación:
espero te sirva, saludos