“La niña de los fósforos”
Es Nochebuena. Hace mucho frío. Entra una pequeña vendedora de fósforos
que camina por la calle descalza.
Niña: (con la voz quebrada, persigue a un transeúnte) ¡Fósforos, fósforos!
Caballero: (pasa apurado. Lleva unos paquetes hacia una casa) ¡Bah!... Otro
día.
Niña: ¡Hum!... ¿Qué haré ahora? Ya no queda nadie en la calle y no he vendido
ni una caja.
El transeúnte es recibido en la puerta de una de las casas grandes. La niña
observa con pena la escena.
Caballero: Hola cariño, por un momento creí que no llegaría a tiempo.
Dama: ¡Bien! Ahora sí podremos cenar todos juntos.
Niña: (camina y se sienta en la vereda de una plazoleta. Guarda las cajitas de
fósforos en su delantal y empieza a frotar sus manos) ¡Ay, qué frío! Si solo
pudiera calentar mis dedos… Pero, si gasto los fósforos y no llevo el dinero, mi
madrastra se molestará mucho.
Luego de un rato de tiritar acurrucada en el suelo, saca una cajita de fósforos de
su delantal y con timidez, como si cometiera un delito, enciende un fósforo.
Niña: ¡Oh! ¡Qué luz tan hermosa! ¡Qué bien calienta! (se acomoda y acerca el
fósforo a sus pies) Nunca había visto una llama tan bella.
Subraya la oración que presenta coherencia textual:
a. La niña encendió fósforos para calentarse, en vez que luego se sintió mejor.
b. El caballero extrañaba a su familia y estas a él.
c. La niña decidió encender los fósforos, a pesar de que podía ser castigada.
Respuestas
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C
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