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Alimentarse con responsabilidad
Una acción muy educativa para los más pequeños es llevarlos de compras para reflexionar sobre el consumo de alimentos y las consecuencias que tienen. Ser selectivo con la comida o elegir frutas y verduras de producción local puede ser una gran lección.
Jugar a reciclar
El juego suele ser el mejor camino para aprender cosas, y en este caso también. Mejor que “reciclar”, es “jugar a reciclar”, enseñando en casa a separar en cubos diferentes los residuos.
Reducir el plástico
Mejor aún que jugar a reciclar es no producir tantos residuos contaminantes. Como ya sabes, los residuos plásticos se han convertido en una de las grandes amenazas a la diversidad biológica.
De hecho, como nos recuerda la divulgadora científica Sabrina Weiss en Exploradores del Océano, podemos hablar ya del océano como una gran sopa de plástico, donde el 2050 el plástico será más abundante que los peces.
Con objetivos a corto plazo, puedes utilizar alternativas al plástico en todos los objetos cotidianos, desde usar un cepillo de dientes de bambú hasta rellenar la misma botella con detergente a granel.
Apagar la luz
Es fundamental inculcar pautas de comportamiento respecto al consumo energético en casa. Además de bombillas de bajo consumo, apagar las luces o los aparatos al no usarlos, y enseñar a hacer un uso mínimo de la climatización son medidas imprescindibles.
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