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Respuesta:
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Respuesta:Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se instauraron colegios y universidades
destinados a los hombres de élite, quienes eran intelectuales, educadores
y directores espirituales. Para las mujeres solo había dos opciones: el
matrimonio y las casas de recogimiento o los conventos. Su educación
tenía como objetivo convertirlas en mejores esposas y mejores madres.
En la época de la Colonia, a la mujer se le concebía como un ser inferior
y subordinado al hombre. Para contraer matrimonio requería del
consentimiento paterno, y una vez casada quedaba bajo la protección
legal del esposo. Necesitaba su consentimiento y su permiso para
efectuar cualquier operación legal. Era dependiente y no podía poseer
propiedades ni administrar bienes propios.
En aquella época, se escribieron algunos textos para las mujeres de élite,
como “La perfecta casada”, que les brindaba consejos para llevar una
vida honesta, y “Ensayo de cómo se ha de ordenar el tiempo para que sea
bien expendido”, dedicado a las mujeres casadas, a fin de que distribuyan bien su tiempo
para servir mejor a sus esposos.
Por otra parte, en los colegios para niñas huérfanas, ellas eran tratadas como “adultas en
miniatura”, bajo un riguroso control; cada actividad y cada hora del día estaban organizadas
y estrictamente reglamentadas. Aparte de ello, para todas las niñas en general, la enseñanza
implicaba comportamiento en sociedad y labores domésticas. Debían capacitarse en tareas
como cocinar, hilar, bordar, coser y en artes manuales que podían servirles para la vida casera
o para colaborar en el sostenimiento del hogar.
Fuente: Guardia, B. (2013). Historia de las mujeres en América Latina. Capítulo IV: Familia e identidad en los siglos
Explicación paso a paso:dame corona por favor