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En mis escritos sobre la situación nacional siempre reitero que la principal causa de los problemas es política. Quiero brevemente explicar por qué lo afirmo. Recordemos que los ciudadanos, mediante el voto, del seno de los partidos y movimientos políticos designamos a las personas que gobiernan a nivel nacional, departamental y municipal, y también a quienes hacen las leyes que establecen el marco legal al cual tenemos que someternos individual o colectivamente. Es decir, el destino de la nación queda en gran medida en manos de los políticos y cuando éstos fallan, la nación y sus habitantes sufren las consecuencias, que en nuestro caso son muy graves. Las democracias para funcionar correctamente y lograr resultados positivos para el bienestar general, requieren de partidos políticos serios y organizados y que sus miembros actúen con responsabilidad y transparencia. Asimismo, que sus propuestas ideológicas y programáticas estén orientadas a resolver las necesidades de la población. Eso no sucede en Colombia. Aquí la política se ejerce para conseguir el poder para satisfacer ambiciones burocráticas y presupuestales y para ponerla al servicio de oscuras y delincuenciales empresas que atentan contra la estabilidad institucional del Estado. En síntesis, se ha trastocado la razón de ser de la política. Ha dejado de constituir el principal canal en la búsqueda del bien común y de representar la principal barrera contra los grupos delincuenciales y mafiosos que violan el marco constitucional y legal de la nación. ¿Cómo hacer entonces para que política y políticos sean respetados y no rechazados por la opinión ciudadana, como sucede en la actualidad? Es el problema de los partidos y también de quienes queremos vivir bajo un régimen democrático. No se puede seguir con esa actitudEso no sucede en Colombia. Aquí la política se ejerce para conseguir el poder para satisfacer ambiciones burocráticas y presupuestales y para ponerla al servicio de oscuras y delincuenciales empresas que atentan contra la estabilidad institucional del Estado. En síntesis, se ha trastocado la razón de ser de la política. Ha dejado de constituir el principal canal en la búsqueda del bien común y de representar la principal barrera contra los grupos delincuenciales y mafiosos que violan el marco constitucional y legal de la nación. ¿Cómo hacer entonces para que política y políticos sean respetados y no rechazados por la opinión ciudadana, como sucede en la actualidad? Es el problema de los partidos y también de quienes queremos vivir bajo un régimen democrático. No se puede seguir con esa actitud paradójica de criticar a los políticos pero, a la vez, mantenerlos en el poder mediante el voto. La ciudadanía tiene que movilizarse consciente de la trascendencia que tiene, para ella y el país, el ejercer sensatamente el derecho al voto. Apoyemos una nueva dirigencia política, transparente y conocedora de las responsabilidades que adquieren al honrársele con su elección a los cargos de poder del Estado. No se puede seguir con esa actitud paradójica de criticar a los políticos pero, a la vez, mantenerlos en el poder mediante el voto. La ciudadanía tiene que movilizarse consciente de la trascendencia que tiene, para ella y el país, el ejercer sensatamente el derecho al voto. Apoyemos una nueva dirigencia política, transparente y conocedora de las responsabilidades que adquieren al honrársele con su elección a los cargos de poder del Estado. Estoy seguro que en las diferentes regiones del país se encontrarán personajes respetados y acatados por sus conocimientos, honradez e inclinación por las causas justas en favor de la gente. Esos personajes podrán ser el núcleo de un movimiento nacional por la depuración y rescate de la política. Podrían generar una gran movilización ciudadana, de mantenerse independientes, sin acuerdo alguno con partidos o políticos actuales, constituyendo así la verdadera renovación de la clase política. La creencia de que no se puede ganar elecciones sin contar con las actuales maquinarias políticas, no es cierta. Sin ellas han sido elegidos conocidos personajes: Antanas Mokus, Sergio Fajardo, y también los liberales Enrique Peñalosa y el presidente Alvaro Uribe que durante gran parte de su larga carrera política la hizo omo militante del liberalismo. Ojalá esta propuesta tenga eco. Roberto Arenas Ex embajador de Colombia en Bruselas La creencia de que no se puede ganar elecciones sin contar con las actuales maquinarias políticas, no es cierta...
Explicación:
XD mucho texto ;-;'''
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