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Veinte de cada 100 salvadoreños del Área Metropolitana de San Salvador (AMSS) viven en condiciones de pobreza, revela un estudio de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
El tanque de pensamiento presentó este lunes su coyuntura social, una serie de investigaciones sobre la calidad de vida de los salvadoreños, desarrollo comunitario, factores desencadenantes de la migración y violencia, así como componentes socioeconómicos de las familias en las zonas rurales y urbanas.
Citando los datos más recientes de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) 2018, Fusades destacó que al menos el 20.5 % de las personas que vive en el Área Metropolitana de San Salvador se encuentra en condiciones de pobreza. Es decir, 20 de cada 100 salvadoreños que residen en los 14 municipios del Gran Salvador no tienen los suficientes ingresos económicos para cubrir los productos básicos de su dieta alimenticia.
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La EHPM, elaborada cada año por la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc), utiliza como parámetro el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA). Se clasifica en pobreza extrema los hogares con capacidad económica inferior al valor de la CBA y en relativa aquellas familias cuyos ingresos per cápita no logran cubrir la CBA ampliada, que equivale a dos CBA.
Del 20.5 % que viven en pobreza en AMSS, destacó Fusades, el 3.8 % de se encuentra en pobreza extrema y un 16.7 % viven en condiciones de pobreza relativa.
Los resultados del Gran Salvador son inferiores a la realidad del resto del país, ya que a nivel nacional el 30.9 % de la población salvadoreña vive en pobreza, de los cuales el 7.3 % corresponde a extrema y 23.6 % a relativa.
“Esto se asocia al hecho de que el AMSS concentra la prestación de servicios, la actividad económica, los centros escolares y tecnológicos, las universidades, los equipamientos de salud (…) Esto podría explicar por qué no se han logrado atenuar las disparidades territoriales ni la brecha urbano rural y sigue aumentando la migración hacia el AMSS”, señaló Fusades en su informe.
La generación de oportunidades laborales “es la deuda con la ciudadanía más sentida a lo largo del tiempo” porque el “sistema económico del país no ha logrado absorber la fuerza laboral ni brindar las mejores condiciones de trabajo”, destacó Fusades.
Esta realidad se refleja en el 5.9 % de las personas económicamente activas (PEA) del Gran Salvador que hoy por hoy se encuentra sin un puesto de trabajo que le permita obtener ingresos para sobrevivir, este porcentaje es inferior en cinco décimas al 6.4 % de desempleo a nivel nacional.
El porcentaje de los salvadoreños sin un empleo fijo aumenta si solo se considera a la población juvenil, aquella de 16 a 29 años, y representa el 13.54 % de la PEA en el área metropolitana, mayor al 11.3% reportado a nivel nacional.
Esa falta de oportunidades desencadena que el sector informal se mantenga como la principal fuente de empleos de El Salvador, ya que por cada 100 personas que trabajan cerca de 70 salvadoreños (un 72.4 %) lo hacen de manera informal y unas 30 (27.6 %) se encuentran en una empresa formal.
La informalidad en el AMSS representa el 57.2 %, cifra inferior en 15.2 % del porcentaje nacional, señaló Fusades.
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