Respuestas
Respuesta:Don Alfonso Pereira es dueño de una hacienda en la ficticia localidad de Tomachi, a la cual no suele dirigirse pues prefería vivir en la ciudad con su esposa e hija y tener una vida hasta un cierto punto cómoda. Chapy, quien intuía que en la tierra de Alfonso había petróleo. Alfonso tuvo que aceptar el negocio para así salvar las deudas de dinero y salvar el honor de su familia, ya que su hija, Lolita, estaba embarazada de un cholo -palabra despectiva para referirse al mestizo hijo de blanco y una india-. El indígena era rebajado hasta su mínima expresión, el cura cobraba fuertes sumas de dinero para celebrar misas, y para los entierros engañaba a los indios diciéndoles que si no pagaban, sus seres queridos irían al infierno.
Era tal el estado en el que estaba Tomachi que a Andrés y a varios indios les tocó desenterrar un buey que Alfonso había mandado sepultar. El tiempo pasaba en esta población y el cura explotaba a los «longos» cada vez más, en esta ocasión él era el único que tenía buses para comunicarse con los pueblos vecinos, entonces cobraba grandes sumas de dinero por el transporte de mercancía o de indios. Estos personajes se reunieron con Alfonso para hacer entrega del territorio, y empezaron a ordenar la limpieza de los huasipungos para que ellos pudieran construir sus casas lujosas. Pero lo que no habían predicho era que los runas no estaban dispuestos a abandonar sus huasipungos para probar suerte en la montaña, cuando menos pensaron los indios estaban en rebelión y mataron a cinco hombres de la burguesía, inmediatamente pidieron refuerzos en Quito.
Los soldados que llegaron con sofisticadas armas comenzaron a matar a todos los indios que se rebelaban, asesinando, mujeres, hombres, niñas y niños, fue horrible. Entonces los indios empezaron a salir de la casa asfixiados por el humo y entre ellos salió Chiliquinga con su hijo.
Explicación: