Respuestas
Respuesta:
La Luna, el Sol y demás estrellas son elementos celestes, perfectos y puros, que giran alrededor de la Tierra. Así lo establece el paradigma cosmológico geocéntrico que dominó Occidente durante cientos de años, desarrollado a partir de las ideas expuestas por Aristóteles en el siglo IV a. C. La clave del éxito de este modelo es que no solo concordaba con la experiencia cotidiana, sino también, y como no podía ser de otra forma, con la Biblia.
Explicación:
El 24 de febrero de 1616 se reunió una comisión formada por once teólogos. Ninguno era astrónomo, pero unánimemente concluyeron que la idea de que el Sol era el centro del universo y estaba inmóvil era “estúpida, absurda en filosofía y formalmente herética por contradecir la Sagrada Escritura”. Asimismo, señalaron que afirmar que la Tierra no era el centro del universo y que giraba sobre sí misma era “absurdo” y “erróneo en la fe”. Dos días después, por mandato del papa Pablo V, el cardenal Belarmino llamó a Galileo para comunicarle que debía abandonar esa opinión y abstenerse de enseñarla y defenderla, o iría a prisión.