Que tienen en común el Concepto de historia, los Historiadores, los Arqueólogos y geógrafos, el Concepto de Yacimiento, y las Fuentes históricas.

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Respuesta dada por: Mathew11233
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1. UN SIGLO DE ARQUEOLOGIA PREHISTORICA: DEL COLECCIONISMO A LAS CIENCIAS NATURALES

Junto a la imagen tópica y casi inevitable de una arqueología aventurera y en gran medida fantástica, algunos de cuyos fotogramas más difundidos son el hallazgo fortuito de las pinturas paleolíticas de la cueva de Altamira por parte de Sautuola, la misteriosa excursión nocturna de Schliemann a las ruinas de Troya para recuperar las alhajas del célebre tesoro con las que engalanó sobre la marcha el cuerpo de Sofía, su esposa, o el apasionante -y no por ello menos concienzudo- descubrimiento por parte de Cárter de la fabulosa tumba de Tutankamón, en el valle de los Reyes, es de justicia reivindicar también la existencia de una Arqueología Científica, de una disciplina cuya personalidad se ha ido acrisolando a lo largo de los dos últimos siglos, hasta situarse a mitad de camino entre la Historia y la Antropología Cultural.

Etimológicamente, Arqueología significa "tratado de lo antiguo", de la historia pasada, siendo ese exactamente el sentido del término conforme fuera utilizado por Tucídides en la Grecia clásica. Con el paso del tiempo, empero, el concepto fue restringiéndose al estudio de la cultura material de la Antigüedad, identificándose como actividad arqueológica tanto el coleccionismo de antigüedades por parte de los mecenas italianos del Renacimiento, como la exhumación por ese mismo entonces del grupo escultórico del Laoconte en las termas de Tito, en Roma. En parecida línea, la Arqueología Clásica, anclada exclusiva o casi exclusivamente en el estudio del arte antiguo, era ya una disciplina bastante consagrada a fines del siglo XVIII gracias a los trabajos del gran sabio alemán Johann Joachim Winckelmann.

Desde la mitad del XIX, obteniendo provecho del debate surgido en torno a la publicación en 1859 del Origen de las especies por medio de la selección natural de Darwin, la Arqueología cobró un importante impulso, acreditándose como rama del saber destinada a probar la antigüedad del hombre. Los prehistoriadores franceses Boucher de Perthes, Emile Lartet y Gabriel de Mortillet, movidos por la preocupación de ir más allá del coleccionismo y de la sistemática del estudio de una estética pretérita, introdujeron en sus trabajos de campo del Somme y de la Dordogne innovaciones metodológicas propias de las Ciencias Naturales. Ya no se trataba sólo de recuperar objetos antiguos, sino de hacerlo en un orden, por niveles o lechos geológicos cuya superposición proporcionaba una base de cronología relativa; y además, emulando a botánicos, geólogos y zoólogos, las piezas recolectadas eran objeto de minuciosa descripción antes de ser clasificadas de acuerdo con una tipología fundada en criterios funcionales y taxonómicos. El resultado de su trabajo fue, así, la construcción de tramas cronológicas de objetos antiguos, más que una historia cultural propiamente dicha, a lo sumo reducida a aquella clasificación de la Prehistoria en cuatro Edades tecnológicas que, matizando una propuesta previa de Thomsen, acuñara en 1865 Sir John Lubbock en su celebérrimo Prehistoria Times: Paleolítico y Neolítico, dentro de la Edad de la Piedra, y Cobre y Hierro en la de los Metales.

En todo caso aquella Arqueología, que en Europa no varió en lo esencial hasta mediados de este siglo, se limitaba al estudio de las herramientas antiguas, tenía un carácter eminentemente descriptivo, y vivía por completo ajena a la Antropología, tal vez por la desconfianza que produjo la propuesta de Sollas, formulada en 1911, de reconstruir linealmente las formas de vida de los pueblos prehistóricos, desaparecidos, a partir de las de los primitivos actuales que mostraban un nivel tecnológico o artefactual no muy distinto del de aquellas épocas. Las ecuaciones propuestas -tasmanianos = Paleolítico Inferior; australianos = Paleolítico Medio; bosquimanos = primeros hombres del Paleolítico Superior; esquimales = finiglaciares magdalenienses- constituían un entreguismo total e injustificado de la Arqueología en manos de la Etnología e incluso de la Etnografía.

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